Juan Carlos Doronsoro, Wilson Paja y Víctor Banguero son exmilitares que, por las dinámicas del conflicto armado colombiano, cayeron en minas antipersona y perdieron sus piernas; no obstante, no se dejaron intimidar por esta trampa que les tenía el destino y hoy hacen parte de la Selección Valle de voleibol sentado, un deporte que les ha demostrado que la discapacidad es solo mental.

El equipo entrena de lunes a viernes, dos horas al día, apesar de los escasos recursos que les otorga el Estado, al punto que les falta un entrenador e indumentaria para jugar.