Aziz Al Asmar usa lo que queda de los muros de las casas bombardeadas en la provincia de Idlib, el último bastión de la oposición armada en el norte de Siria, como lienzo para murales que convierte en mensajes de denuncia ante las injusticias que ocurren en el mundo y en su país.

En sus murales, repartidos por la localidad de Binnish, en Idlib, aparece el presidente sirio, Bachar al Asad, volando como un vampiro o el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salam, armado con una sierra mecánica y cortando en pedazos al periodista Jamal Khashoggi