Luego de participar en un concurso en el año 1985, Sandra Valencia, de 10 años en ese entonces, pudo compartir unos minutos con el papa Juan Pablo II, quien visitó a Cali en 1986. 

La caleña logró entregarle una carta al Sumo Pontífice, donde pedía por el cese de la violencia en Colombia. Hoy, recuerda ese momento que marcó su vida.