Cualquiera pensaría que a los cien años la vida se apaga. Pero ese sentir tan obvio, tan común, se rompe como la mayor de las paradojas en el barrio Obrero, en el centro de Cali.

Allí, en medio del centenario que celebra el barrio, los colores en las paredes están más vibrantes que nunca. Los responsables de cambiarle la cara a este sector fueron más de veinte artistas locales, nacionales y extranjeros que, durante el ‘Festival Borondo’, decidieron rendirle un homenaje a los iconos que han edificado la leyenda del Obrero.

“La idea era retratar los emblemas del barrio: la salsa, personajes icónicos de la cultura y el deporte, o algunas costumbres que nacieron allí y se han perdido o se han desplazado. Esto sirvió para rescatar espacios deteriorados y para que la gente se apropie, cuide y tenga más empatía con el barrio”, apuntó Juan David Díaz, integrante de la Mesa de Gráfica Urbana de Cali.