Pedalear por la capital de Dinamarca es una costumbre que sus habitantes han acogido desde 1880. El clima no es relevante para los transeúntes, quienes pese a la lluvia, la nieve, o las tormentas, se movilizan en bicicleta. Una tradición que ha beneficiado al medio ambiente, Copenhague es la segunda ciudad con mejor calidad de aire del Viejo Continente.