Los árboles de Cali sufren 'torturas' como pavimentaciones, perforaciones, inyección de veneno o ácido, cerramientos con llantas y amarres con alambre. Para 'salvarlos', el Dagma realiza jornadas de recuperación.

Según la entidad, por cada jornada se atienden cerca de 35 especies, en las cuales el 90 % es para liberar los árboles del cemento que se le ha aplicado a sus raíces, y el otro 10 % para quitarles anillos, placas metálicas y clavos, entre otros, de su tronco.