Lo mejor para que una despedida no sea triste es taparla con una bienvenida y así, sonriendo, decidió Toronto cerrar sus Juegos Panamericanos en una ceremonia que no dejó de bailar para celebrar el trabajo cumplido.
Lo mejor para que una despedida no sea triste es taparla con una bienvenida y así, sonriendo, decidió Toronto cerrar sus Juegos Panamericanos en una ceremonia que no dejó de bailar para celebrar el trabajo cumplido.
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Lo mejor para que una despedida no sea triste es taparla con una bienvenida y así, sonriendo, decidió Toronto cerrar sus Juegos Panamericanos en una ceremonia que no dejó de bailar para celebrar el trabajo cumplido.