Vecinos y transeúntes de la ribera del río Cali se quejan por el abandono en el que se encuentran las zonas verdes, las pérgolas y barandas de este corredor, los malos olores, la inseguridad y la presencia de habitantes de calle. En la Administración Municipal, nadie da razón de quién se debe encargar del mantenimiento de estas estructuras.