Tras la muerte de alias Camilo y su hombre de confianza, las comunidades indígenas y campesinas del nororiente del Cauca encuentran un leve descanso, porque es probable que se reduzcan las agresiones de parte de las disidencias de las Farc.

Oriundo del municipio de Páez, Cauca, este sujeto era considerado por los pobladores de esa parte del departamento “como una persona extremadamente violenta, responsable de acabar con la vida de líderes sociales e indígenas, como el fue caso Emanuel Occa Cuspián, quien fue asesinado en agosto de 2024”.

Las comunidades indígenas del Cauca se oponen a los grupos armados al margen de la ley. | Foto: Guillermo Torres Reina

De hecho, tras registrarse este asesinato, los integrantes del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, responsabilizaron directamente a este sujeto de este homicidio, el cual golpeó muy duro al movimiento indígena porque la víctima además era reconocida como uno de los coordinadores de la guardia indígena.

“Responsabilizamos de manera directa a Leider Tumbo Pacho, alias Camilo, jefe de los sicarios de la Dagoberto Ramos, quien dio la orden de asesinar a Emanuel José Occa Cuspián”, fue el mensaje que en su momento compartieron los integrantes del Cric, tras confirmarse el asesinato del reconocido dirigente comunero.

Paradójicamente, alias Camilo era un joven indígena, quien se convirtió en uno de los mayores responsables de amenazas y asesinatos de comuneros de esta zona del país. Este sujeto fue parte de las extintas Farc, integrante en el sexto frente, una de las facciones guerrilleras más beligerantes en su momento.

Como forma de rechazar la violencia, las comunidades indígenas se movilizan reiteradamente por las calles de ciudades como Popayán. | Foto: Francisco Calderón

“Su prontuario criminal inició cuando se integró a ese grupo armado al margen de la ley, nunca se reintegro a la vida civil cuando se dio el proceso de paz entre las Farc-EP y el gobierno nacional, siguió delinquiendo, su actividad era hurtar motocicleta mediante atracos en el norte del Cauca para venderlos en los municipios de oriente del departamento”, denunciaron las comunidades indígenas asentadas en el departamento.

Cuando surgió el grupo armado ilegal autodenominado Dagoberto Ramos Ortiz de las disidencias de las Farc vio la oportunidad de integrarse a esa estructura delincuencia, primero como disidente raso, pero por su experiencia delincuencial, poco a poco fue escalando en dicha estructura hasta convertirse en mando medio,

“Ese sujeto llegó a delinquir entre límites Cauca y Huila, lugar geográfico que tenía azotado, atemorizando a los habitantes y viajeros de la transversal el Libertador con extorsiones, amenazas, asesinatos mediante torturas, hurtos de vehículos, secuestros, desaparición forzada”, agregaron las comunidades indígenas.

Por eso se convirtió en un sanguinario y temido disidente, quien bajo las órdenes de alias Cholinga o David, dado de baja por el Ejército Nacional, construyó su propia muerte.

“Varios jóvenes y civiles fueron asesinados bajo las órdenes de Cholinga y ejecutadas por alias Camilo, quien tenía sicarios que materializaban las ejecuciones criminales, de los hechos más reprochables que se le adjudicaron fue el vil asesinato de un guardia indígena y docente de primaria Emanuel Occa Cuspián, en agosto del 2024 en la vía que conduce del Cauca a la Plata, Huila.

“Además de ser el responsable de una veintena de asesinatos mediante torturas, que solo son comparables con el paramilitarismo de la época más oscura del país. No saciado con eso, su actividad delincuencial le permitió disfrutar de derroche de dinero hasta que cayó al parecer en manos de integrantes del bando contrario a las disidencias de las Farc, quienes lo torturaron y lo asesinaron”, denunciaron líderes indígenas de esta zona del país.

El frente Dagoberto Ramos de las Farc es uno de los grupos armados al margen de la ley responsable de la violencia contra las comunidades indígenas del Cauca. | Foto: Suministrada a SEMANA por Ejército Nacional