Un nuevo caso de sicariato, ocurrido ayer miércoles a las 3 p.m., causó revuelo en la ciudad amurallada. Ocurrió en las playas del corregimiento de la Boquilla, en el momento en el que un hombre fue atacado a tiros por desconocidos.
Según informó el diario El Universal, habría un testigo que presenció el hecho: este contó que el hombre asesinado estaba en compañía de otras dos personas, había pedido una cerveza en un establecimiento y se había ido a sentar a unas sillas en el momento en el que fue sorprendido por el sicario. Moriría, luego de recibir varios disparos.
“Los tres compraron cervezas en una carpa, pero él fue el único que se fue a sentar a las sillas. En esas llegó un tipo y le disparó. Uno de los que estaba con él —y hablaba por teléfono cuando ocurrió el ataque— se fue enseguida. El otro quedó ahí”, dijo uno de los testigos.
Luego del hecho, las personas que estaban en los alrededores de la playa se fueron del lugar. Solo unos pocos se quedaron, viendo con curiosidad cómo el cuerpo del hombre era revisado por las autoridades.
Pocos minutos después, se conoció la identidad del occiso.
Se trataba de Andrés Bedoya Betancur, un hombre de 41 años, nacido en Medellín, y que contaba hasta el momento con un largo prontuario criminal: desde el año 2015, sobre él pesaban 11 anotaciones judiciales, 6 de ellas por hurto calificado. Y eso no era todo: Betancur había sido denunciado en dos ocasiones por defensores de derechos humanos y servidores públicos, por supuestas amenazas en su contra en hechos ocurridos en el 2019.
Las autoridades añadieron que tenía registros por concierto para delinquir de este año, fuga de presos en el 2023 y otra denuncia por lesiones personales del 2018.
Con este asesinato, la ciudad aumenta sus cifras en lo corrido del año, que ya son altas: según cifras del observatorio Cartagena Cómo Vamos, hasta octubre de este año, 279 personas habían sido asesinadas. Y en noviembre, según el diario El Heraldo, fueron 29 los asesinados, dejando un saldo de 302 personas muertas este año.
“La violencia homicida tiene un impacto profundo en la calidad de vida, al afectar la confianza ciudadana, la seguridad comunitaria y las dinámicas sociales. En Cartagena, los casos de sicariato —homicidios por encargo— continúan influyendo en las rutinas barriales y en la percepción de seguridad”, dijo al presentar su informe Cartagena Cómo Vamos.