La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia dio luz verde para que uno de los cabecillas más temidos del crimen organizado en Colombia sea extraditado a Estados Unidos, luego de una solicitud de las autoridades judiciales de ese país.
Se trata de Andrés Felipe Marín Silva, más conocido por su alias de ‘Pipe Tuluá’. Es el máximo líder de ‘La Inmaculada’, principal banda delincuencial que tiene sus operaciones en el municipio de Tuluá y el centro del Valle del Cauca. Es solicitado por los delitos de concierto para delinquir agravado y tráfico de estupefacientes.
Marín Silva ha sido acusado de ser uno de los mayores determinadores del crimen en el departamento relacionados con narcotráfico, extorsión, microtráfico, homicidios selectivos y secuestros.
Además, las celdas por las que ha pasado las habría convertido en centros de mando estratégico para conformar una red con excapos y aliados del crimen organizado que están pagando una condena en Estados Unidos.
Sus principales influencias se encuentran en alianzas con otras bandas como ‘Los Magos’ y cárteles mexicanos para enviar cocaína hacia Estados Unidos por medio de Panamá y Centroamérica.
Otros de sus vínculos que se destacan son con la organización criminal ‘La Alianza’ que se encuentra conformada por antiguos integrantes de los carteles de Cali y el Norte del Valle que se encuentran en territorio colombiano tras cumplir sus condenas en el extranjero. Algunos de estos sería Henry Loaiza, alias el Alacrán, exmiembro del Cartel de Cali, y Fernando Varón, alias Martín Bala.
Esas alianzas se ampliaron con nombres como alias ‘Guacamayo’, ‘Capulina’, ‘Diego Optra’ y su hermano Mauricio Marín. Esa alianza fue la que a través de ‘Los Magos’ lideró desde prisión y expandió su influencia criminal en Tuluá hacia Buga y el Eje Cafetero.
Las investigaciones de la Fiscalía han evidenciado que ‘Pipe Tuluá’ ha sido responsable de crímenes aterradores como asesinatos hacia guardias del Inpec y de un cerrajero que fue desmembrado y arrojado a las aguas del río Tuluá.
‘Pipe Tuluá’ cumple una condena de 30 años por homicidio, secuestro, extorsión y concierto para delinquir agravado que fue concedida en el 2022 por un juzgado especializado en Colombia. Desde 2015 se encuentra privado de su libertad de manera ininterrumpida, teniendo en cuenta que en 2010 fue capturado por primera vez por concierto para delinquir y extorsión, pero fue liberado poco tiempo después.
Ha tenido varios traslados carcelarios desde su última captura, destacándose principalmente su estadía en La Picota, donde estuvo hasta junio del 2025, cuando Estados Unidos solicitó formalmente su extradición. Desde ese entonces, ha estado recluido en la estación de Policía de Los Mártires en Bogotá, en donde sería su último lugar en Colombia en caso de que el presidente Gustavo Petro apruebe su extradición en última instancia.