En la madrugada del domingo 23 de enero de 1994, los habitantes de La Chinita, barrio Obrero de Apartadó, Urabá antioqueño, participaban de una verbena popular realizada con el fin de recoger fondos para la compra de útiles escolares y construir aulas educativas que beneficiarían a varios niños de esta zona del Urabá antioqueño.
Su celebración fue interrumpida por la incursión del Bloque 5 de las extintas Farc (Bloque Noroccidental) que arrasó con la vida de 35 personas entre niños y adulto
Este año, 30 años después de la masacre, los sobrevivientes y sus familiares hacen honor a la memoria de los inocentes que partieron de este mundo en medio de una guerra injustificada. Por ello, Ciro Abadía, quien fuera representante del Comité de Impulso del Sujeto de Reparación Colectiva La Chinita y coordinador de la emisora Renacer Estéreo, resalta el gran trabajo logrado hasta el momento para ser agentes de cambio y mostrar la enorme transformación que ha vivido la comunidad que ha resurgido de las cenizas.
“Seguimos aportando a la paz de Colombia. Seguiremos trabajando por las víctimas vengan de donde vengan, por eso es importante decirle al país y al mundo que estamos totalmente organizados para seguir construyendo la paz”. Con esa energía es que Ciro, quien hasta hace poco lideró todo el proceso, promueve ir más allá de los dolorosos hechos y enaltecer ese reconocimiento colectivo en el que han venido trabajando hombro a hombro.
El Barrio Obrero, que cuenta con aproximadamente 40 mil habitantes, es considerado por Ciro como “un paraíso terrenal”, porque el sonido de los tambores lo transporta a sus raíces africanas que se combinan con la modernidad y el sabor del Róbalo que lo hace único dentro del mundo de los pescados. Eso sí, “No podemos olvidar el chorizo de cerdo y el camarón que es lo mejor de lo mejor”.
Sanación, este ha sido el proceso y el trabajo para lograrlo
Esta mezcla de sonidos, sabores y olores unen los lazos de una comunidad que ha trabajado por una sanación interior y una reconstrucción del tejido social que se materializa en casi 19 proyectos de reparación, socializados por ellos mismos. Dentro de ellos se cuentan una ferretería, que fue apoyada por el Ministerio de Trabajo, una panadería, una droguería, la adecuación de la Junta de Acción Comunal con equipos tecnológicos, sillas e indumentaria, los 15 Clubes Juveniles con énfasis deportivo, el trabajo con el Adulto Mayor y las mujeres, la adecuación de un parque en el que se construyó el Sendero de la Reparación Colectiva, entre otros.
“Gracias a Dios hemos logrado mucho, todavía falta, pero hoy puedo decir que fue muy importante el tema del plan de medida de reparación colectiva La Chinita, en el barrio Obrero por parte de la Unidad para las Víctimas”, comentó Ciro al recordar la entrega de una consola por parte del Banco Mundial con el que ya conformaron una emisora llamada Renacer Stéreo, construyendo tejidos.
Dicha emisora funciona de manera virtual, pero ya se viene trabajando en una cita personal con la vicepresidenta Francia Márquez para que el Gobierno Nacional concrete apoyos y materialicen la expansión de la misma. “Logramos capacitar y formar a unos jóvenes en procesos audiovisuales y estamos mirando cómo logramos sacarla al aire y que los jóvenes puedan tener sus espacios de información”, indicó el líder social.
Otro trabajo importante es la recuperación de la fiesta comunal del 8 de febrero, llamada ‘La fiesta de los obreros’, día en el que se fundó el barrio y en el que siempre celebraban con música, comida y danzas. Además, con la organización de víctimas de Antioquia intentan trazar el proyecto con el Banco Mundial de hacer 900 viviendas para uno de los barrios que más lo necesita.
Otro de los procesos importantes a nivel sicosocial es la implementación de la estrategia ‘Entrelazando’ que la Unidad para las Víctimas ha venido trabajando con la comunidad para fortalecer las relaciones de confianza y la convivencia desde la reconstrucción, la recuperación emocional colectiva e individual.
“Realizamos entrelazando en este barrio con los adultos mayores, las mujeres cabeza de familias, los jóvenes y los niños. Una experiencia maravillosa en la que participaron cinco barrios”, recordó.