Expertos afirman que se debe contemplar la posibilidad de un cese bilateral al fuego y exigir de las Farc verdaderos actos de paz.

La suspensión transitoria de las negociaciones de paz con las Farc en La Habana por cuenta del secuestro del general Rubén Darío Alzate, un suboficial del Ejército y una funcionaria administrativa, tendrá varias incidencias en el avance de las conversaciones. Expertos consultados sostienen que si bien se trata de un hecho grave, pues el oficial es el de más alta graduación en poder de la guerrilla, también consideran que este hecho no significará el final intempestivo del proceso de paz. En cambio, añaden el Gobierno debe aprovechar esta coyuntura para replantear el proceso y hacerle los ajustes necesarios para concluir lo antes posible con los dos temas que están pendientes: víctimas y justicia transicional. Las fuentes consultadas también concuerdan en la posibilidad de declarar un cese bilateral del fuego, como piden distintos sectores de la sociedad. En primer lugar, el ex Comisionado Nacional de Paz, Víctor G. Ricardo es partidario del cese bilateral del fuego, pues dice este secuestro “es la consecuencia lógica de negociar en medio del conflicto”. “Si no se acuerda (el cese bilateral) así como hoy fue secuestrado el general Alzate, mañana habrá otros hechos, dice Ricardo. Y agrega que la guerrilla “tendrá siempre la excusa” de que a pesar de estar buscando los acercamientos de paz fueron abatidos ‘Alfonso Cano’ y ‘el Mono Jojoy’, y sin embargo el proceso continuó. “El Gobierno tiene que aprovechar esta coyuntura para replantear un proceso que ya lleva dos años y no tiene cuándo terminar. El Gobierno tiene que exigir que las Farc liberen a los secuestrados porque estas acciones le quitan lo poco de credibilidad que tiene el proceso”. El ex Comisionado de Paz sostiene que “esta es la oportunidad” para que el Ejecutivo “le exija a la guerrilla hechos concretos de paz para seguir dialogando. Se refiere Víctor G. Ricardo con “hechos concretos de paz” a un mecanismo que garantice que no habrá más secuestros más ataques a la infraestructura energética y a sacar a la población civil del conflicto. A su turno, el analista Carlos Lozano también defiende la idea de un cese bilateral de fuegos. “Desde que comenzó este proceso se sabía que hechos como este se podrían presentar. Pero a esta parte de las conversaciones no es conveniente suspender el proceso”, dice, y coincide con el ex Comisionado de que es necesario buscar mecanismos para desescalar el conflicto. “Hay mecanismos como cese del fuego, una tregua o el mismo cese de de hostilidades. Lo cierto es que esta crisis debe servir a las partes para hacer un replanteamiento total del proceso”, añade Lozano. Pérdida de credibilidad Otros expertos también consideran que el proceso de paz ha perdido credibilidad por cuenta de las violaciones de las Farc a los acuerdos. En ese sentido, el ex Comisionado Camilo Gómez Alzate, que dirigió el proceso de El Caguán, dice que el proceso debe ser sometido a toda una ‘reingeniería’. “Hay que corregir lo que hay: uno ve los borradores de los acuerdos y no se ve ninguna obligación de las Farc sino que dejan toda la responsabilidad en manos del Estado. Las Farc no reconocen a las víctimas, dicen que no han cometido crímenes de lesa humanidad. Entonces, de esta crisis tiene que surgir un nuevo proceso para saber qué es lo que se está negociando en La Habana”. Una postura similar tiene otro exnegociador de paz, Lázaro Vivero, para quien “fue un error del Gobierno” suspender las conversaciones porque “uno sabe qué hay detrás de todo esto, hay muchos enemigos de la paz”. Vivero se refiere a que en la zona donde fue secuestrado el general Alzate hay bacrim, narcotráfico, delincuencia común y hasta paramilitares. “Nadie garantiza hasta el momento que ese secuestro lo cometieron las Farc, porque el proceso de paz tiene muchos enemigos dentro del país”. Por su parte, el experto en seguridad nacional y exmilitar John Marulanda advierte que si las Farc saben manejar esta crisis, “van a sacar réditos políticos de este secuestro”. En ese sentido, Marulanda dice que la guerrilla va a hacer un show mediático internacional para entregar al General y a los otros militares en su poder y ganar ‘alguito’ de credibilidad. Y el Gobierno no tendrá otra opción de decir que ‘ vamos por buen camino’”. Por otra parte, el experto dice que el secuestro del general Alzate “muestra el desánimo de las Fuerzas Militares, porque no de otra manera se explica que un general rompa todos los protocolos de seguridad que lo llevaron a cometer errores como ese”. Y ese desánimo, agrega, “es una muestra de que el proceso no es lo que esperaba el estamento militar”. Pese a ello, Marulanda dice que “el proceso requiere de urgentes ajustes” porque “se ha invertido como nunca antes recursos y credibilidad política del Gobierno”. Pero el catedrático concluye que “este incidente servirá para que los amigos de las Farc exijan un cese bilateral, eso sería muy delicado porque las Farc se han venido fortaleciendo militarmente”. Las fuentes consultadas también coinciden en que el Gobierno, dentro de los ajustes al proceso, tendrá que revisar la manera como se comunican los avances al país, porque “el mensaje ha sido confuso, nadie sabe qué se está negociando”.