Los datos son del Observatorio de Seguridad de Cali, con corte al 30 de septiembre de 2022. Hasta ese día, en la ciudad se habían cometido 717 homicidios. Pese al horror de ese número, como si se tratara de una ciudad en guerra, la buena noticia es que, si se compara con los datos del año 2021, los homicidios han bajado en un 25% (236 menos).

Entre los 717 que se han cometido este año, ocho ocurrieron en el barrio El Caney, al sur de la ciudad. Es un número que está llamando la atención de las autoridades. El año anterior, en el mismo lapso de tiempo, en el barrio había ocurrido un solo asesinato. El Caney es, en proporción, uno de los barrios donde más han aumentado los homicidios (700%).

Entre las víctimas más recientes estaban dos hombres que se encontraban en un estanco. Ninguno superaba los 60 años. Héctor Wilson Ríos Castillo tenía 55; Pedro José Bustamante, 51. “Se debe resaltar que muchos homicidios ocurren en personas que no residen en la misma comuna o barrio del hecho”, dice el Observatorio de Seguridad.
El Caney no es, sin embargo, el barrio donde más asesinan ciudadanos. Comuneros I, de la Comuna 15, y Promociones Populares, en la Comuna 14, son los que presentan el mayor número de asesinatos (25 y 21 casos, respectivamente, este año; 117 entre los dos sectores en los últimos tres años).

Ambos barrios están ubicados en el Distrito de Aguablanca, lo que confirma que los estratos populares siguen poniendo los muertos de la violencia en Cali. Entre enero y agosto de 2022, 37 de cada 100 homicidios se registraron en el Distrito (comunas 13,14, 15 y 21), según lo detalla un análisis del programa Cali Cómo Vamos.

Hay, sin embargo, otras variables a considerar: es cierto que las cuatro comunas del Distrito de Aguablanca es donde más homicidios se cometen.


Sin embargo, en una ciudad donde en promedio matan a tres personas al día, las mayores tasas de homicidio por cada 100 mil habitantes, este año se han presentado en la Comuna 9 (80.1 homicidios por cada 100 mil habitantes); la Comuna 20, 72.6 homicidios por cada 100 mil habitantes) y la Comuna 3 (70.8 homicidios por cada 100 mil habitantes), se lee en un estudio del programa Cali Cómo Vamos.

Otro gran trozo de los homicidios se concentra en las zonas de ladera, Comuna 18, barrios como Siloé, Alto de los Chorros, Alto Jordán. En la ladera se cometen 8 de cada 100 asesinatos en Cali. La Comuna 22, Pance, Ciudad Jardín, en cambio, es la zona con menor cantidad de estos (2 en lo que va del año). Aunque ninguna comuna registra cero homicidios. De hecho, en 226 barrios o corregimientos han ocurrido asesinatos en este 2022.

“El estrato 2 tiene el mayor número de crímenes, representando para 2022 el 38 % de los mismos, con una reducción de 97 casos (-26 %) respecto al mismo período de 2021. Todos los estratos presentan reducción, excepto el 4, en el cual los homicidios permanecen igual”, dice el Observatorio de Seguridad.

La pobreza, está comprobado, no es la causa de la violencia, pero sí es una condición social que aumenta el riesgo para que los grupos armados ilegales y las bandas del microtráfico de drogas recluten a niños y jóvenes. Además, es en los estratos populares donde se concentra la mayor cantidad de la población, tanto en Cali como en Colombia, y es también donde el Estado no hace presencia como se esperaría.

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“Comuneros I, el barrio con más homicidios en Cali, es un sector donde la mayoría de sus habitantes son personas desplazadas por la violencia, provenientes del campo. Y en el campo nadie está acostumbrado a confinarse. La pandemia obligó a hacerlo, lo que afectó la salud mental de las familias y eso está generando problemas de convivencia. A eso hay que sumarle el estrés por el alza de los alimentos. La gente en Comuneros 1 vive del rebusque y si una mamá se gana $40 mil al día, no le alcanza ni para la carne, ni para las frutas. Esta situación hace que la comunidad no se alimente, sino que se llene, y a veces no hay ni para llenarse porque la comida está muy cara. Detrás de lo que está pasando en Comuneros I hay una crisis social muy profunda, los niños de 14, 15 años, se están armando. La Alcaldía no continuó con los procesos sociales que se venían desarrollando”, advierte Andrea Leudo Pérez, la directora de la Fundación Fundenid, que trabaja con los jóvenes vulnerables de la zona.

En 2022, la mayoría de los homicidios en Cali han ocurrido entre las 6:00 de la tarde y las 9:00 de la noche. El domingo sigue siendo el día en el que más matan. 155 personas han sido asesinadas en la ciudad en este día de descanso.

El 79 % de los crímenes se han cometido con armas de fuego. La mayoría de las víctimas (¡316!) eran jóvenes entre los 14 y los 28 años, que fueron asesinados en los barrios Comuneros I, Promociones Populares, pero también en Mojica, El Retiro, Alto de Los Chorros, Alto Jordán, Antonio Nariño, Manuela Beltrán, El Vergel, Siloé, El Vallado y San Juan Bosco.

En el 44% de todos los asesinatos en Cali las víctimas tenían entre 14 y 28 años, lo que explica por qué, entre los jóvenes, los homicidios son la principal causa de muerte, pese a que este año los casos se han reducido un 36% con respecto al año 2021. Cada mes, en promedio, matan a 36 jóvenes en la ciudad.

Las mujeres, por su parte, cada vez suman más víctimas. Entre enero y septiembre se registraron 56 homicidios contra ellas, 19% más que lo que ocurrió en 2021. En 24 casos, las víctimas tenían apenas entre 30 y 39 años. La Comuna 15 es donde más han asesinado a las mujeres (7).
Hasta el momento la Fiscalía determinó que siete de los asesinatos a mujeres en realidad eran feminicidios. Ocurrieron en los barrios Belisario Caicedo, Sucre, San Pascual, Mariano Ramos, Alfonso López y Belén. Los homicidas usaron armas cortopunzantes, sobre todo.
Diversos estudios evidencian que, en los feminicidos, el arma, para el victimario “es un elemento fálico que proyecta los valores de una supuesta masculinidad hegemónica”.

Pese a todo, hay una buena noticia como para ilusionarse con frenar la violencia: Cali, según el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, es, junto a Armenia y Popayán, las ciudades con mejores estadísticas en cuanto esclarecimiento de homicidios en este año.

Según Barbosa, la Seccional Cali, pasó de tener una tasa de esclarecimiento de 17,33% en 2021, a 36% en 2022.

El mapa del hurto

Mientras los homicidios se han reducido en Cali, las denuncias por hurtos se elevaron tan rápido como un raponazo. Entre enero y septiembre iban 19.298 denuncias, según datos del Observatorio de Seguridad; un 8% más que en 2021.

Los robos ocurren, en la mayoría de los casos, en las mañanas, entre las 9:00 y las 12:00 del mediodía, cuando los ciudadanos aún van hacia el trabajo, hacia el estudio, al parque a hacer ejercicio o a sacar al perro. Y en las denuncias se reitera el viernes. Es el día que más roban en Cali.
El barrio San Pedro, en el centro, es donde más roban, y varias veces al día. Van 480 denuncias entre enero y septiembre de este año, 850 en los últimos dos años. Lili es el segundo barrio donde más roban. Suma 583 denuncias en los últimos dos años.

En San Fernando Nuevo y Viejo han aumentado los robos con respecto a otros años: 132 denuncias en San Fernando Nuevo, 83% más que en 2021. Entre los dos barrios suman casi 1000 denuncias por hurto en los últimos dos años.

En general, la Comuna 19 de la ciudad, barrios como El Refugio, El Lido, Eucarístico, San Fernando Nuevo y Viejo, Miraflores, Los Cámbulos, Santa Isabel, registra el mayor número de denuncias por robo este año: 2.782.

En la Comuna 2, barrios como La Flora, Centenario, Granada, una zona de hoteles, restaurantes y bancos, es donde más aumentaron las denuncias por robos con respecto al año pasado.

En la Urbanización Valle del Lili, de la Comuna 22, estrato seis de la ciudad, llama la atención que las denuncias por robos crecieron este año en un 450%. De 18 casos denunciados en 2021, van 99 en 2022.
Aunque en realidad, los datos de la mayoría de los sectores en Cali indican que los robos crecieron. En Parcelaciones de Pance las denuncias aumentaron 88%; en Ciudad Capri, 39%; en Pampalinda, 62%; en UDA Galindo Plaza de Toros, 195%. En total, en 223 barrios de la ciudad, es decir el 67%, aumentaron las denuncias por hurto, mientras que bajaron en 98.

El atraco, de otro lado, es la modalidad predilecta de los ladrones en Cali. Representa el 42% de las denuncias. En total, entre enero y septiembre, 9.743 personas denunciaron haber sido atracadas. En el 31% de los casos los delincuentes amenazaron a las víctimas con armas de fuego.
El fleteo, en el que siempre usan armas es, por cierto, una modalidad que ha crecido este año en un 130%. De 208 casos en 2021, saltó a 478. También aumentó el hurto de celulares (6782 este año), el de motos (2.387); el de carros (1364); el de autopartes (1044), mientras que bajaron el robo de bicicletas —tal vez porque ya menos gente se anima a salir en ellas—, a entidades bancarias, y se mantiene —por lo alto–, el robo de residencias (100.2 casos).

Las denuncias son tantas, que la conclusión es que en Cali robarse una casa, un carro, una moto, un celular, es un asunto de lo más sencillo, cotidiano, como si no tuviera consecuencia alguna.

Preocupa reducción del presupuesto de seguridad

Ante el preocupante panorama de la seguridad en Cali, continúa la polémica por el anuncio de la Alcaldía de reducir el presupuesto de la Secretaría de Seguridad y otras dependencias. “La seguridad, con la propuesta de la Alcaldía, tendrá una reducción de $20 mil millones. A la Secretaría de Infraestructura le bajan, además, $40 mil millones en el presupuesto 2023 presentado por el alcalde Jorge Iván Ospina. Es decir: habrá más criminalidad y más huecos en las calles de la ciudad”, advirtió el concejal Roberto Ortiz.

Juan Camilo Cock es el director de la Fundación Alvaralice y también hizo parte de la estrategia TIO de la Alcaldía de Maurice Armitage, que le apuntaba a desarrollar los territorios más vulnerables de la ciudad.
En opinión de Juan Camilo, la discusión sobre la seguridad en la ciudad no debe reducirse al presupuesto que se asigna, “que, por supuesto, es muy importante”, “sino que debe abarcar cómo se invierte ese presupuesto, cuáles son las estrategias que guían esa inversión y los resultados que producen”.

“En mi concepto, Cali debe hacer un esfuerzo por seguir reduciendo los homicidios, esa debe ser la prioridad. Y para lograrlo es importante todo el andamiaje policivo, judicial, pero no es suficiente. Históricamente el presupuesto de seguridad se ha invertido en cámaras, dotar a la Policía de motos, de carros, de radios, mientras la ‘cenicienta’ de la inversión en seguridad es lo social, los programas sociales en las comunidades que pueden prevenir que muchos homicidios se cometan. La pregunta es si Cali ha invertido lo suficiente en evitar que los crímenes se cometan, dándole otras oportunidades a los jóvenes. Ahí creo que no se ha invertido lo suficiente”.

Juan Camilo coincide con otros analistas que advierten que la actual Alcaldía desmontó la mayoría de los programas sociales en las comunidades más vulnerables que venían dando resultados, lo que hoy está generando consecuencias. Entre ellos, la estrategia TIO, los gestores de paz y cultura ciudadana, Mi Comunidad es Escuela, o el trabajo de Cisalva con jóvenes.

“En este cambio de Alcaldía sí hubo el ‘síndrome de Adán’, de tratar de arrancar todo de nuevo y de cero, y acabaron programas que tenían aprendizajes muy valiosos. Más que cerrar los programas, más bien el camino es mejorarlos, evolucionarlos. Los programas sociales no resuelven la problemática del crimen organizado, pero sí previenen que muchos niños y jóvenes opten por la violencia.

También se debe tener en cuenta que, aunque la Secretaría de Seguridad lidera las estrategias para enfrentar los delitos, la responsabilidad es más amplia. La Secretaría de Cultura tiene un rol, llevar oferta, bibliotecas, a los barrios, la Secretaría de Paz igualmente, así como Bienestar con los programas de juventud. La seguridad debe involucrar a todas las dependencias y no es, repito, solo un tema policivo”, comenta Juan Camilo.