Los defensores y los críticos de los diálogos dicen que suspender ahora es igual que romper de golpe.

Poner en el congelador los diálogos con las Farc mientras pasan las elecciones del 2014, como tímidamente lo ha propuesto el Gobierno y fue respaldado este miércoles por el grupo guerrillero, es para los analistas el peor escenario en el que pueden entrar las negociaciones de paz en La Habana.Quienes critican este acercamiento creen que es el momento de romper definitivamente con los diálogos. Entre tanto, los que respaldan al Gobierno en este nuevo intento por poner fin a 50 años de confrontación, dicen que lo ideal es continuar en elecciones con el proceso porque no hay nada más importante que la paz.El analista Héctor Riveros ha sido uno de los defensores del proceso y aseguró que no existe razón para suspenderlo mientras pasan las elecciones porque con proceso o sin él, los candidatos van a tener que referirse obligatoriamente a la búsqueda de la paz en Colombia.“Suspenderlo sería prácticamente como romperlo porque las negociaciones tienen unas oportunidades políticas que no es fácil construirlas y en este caso está dada esa oportunidad porque las dos partes parecen tener la real intención de suscribir un acuerdo; por eso suspenderlas es tanto como acabarlas”, aseguró Riveros. Contrario a él se expresó el analista y ex viceministro Rafael Nieto, quien cree que suspender el proceso es entregarle todas las ventajas a las Farc porque mientras dilatan el diálogo seguirán en La Habana reuniéndose con gente de afuera y haciendo planes logísticos y estratégicos.“Suspender los diálogos es jugar con las expectativas de la gente porque no es una ruptura, donde sabe uno que el Gobierno se aburrió y no le va al más, sino que lo buscan con esto es fomentar la idea de que si no es con Santos el proceso se rompe. Es inevitable verle un uso electoral a esta propuesta”, indicó Nieto.Al ser consultado por El País, el expresidente Ernesto Samper indicó, por su parte, que no está de acuerdo con suspender el proceso de La Habana porque “no hay en el país un tema más importante que el de lograr la paz”.“El país no puede renunciar a que en la agenda electoral esté el tema de la guerra y la paz. Eso sería desafortunado y el debate se limitaría a los adornos, a hablar del día a día. Creo que es importante que el electorado conozca lo que opinan los diferentes partidos y candidatos sobre el debate de la paz”, indicó Samper.Arma de doble filoLa propuesta de suspender los diálogos mientras avanza el proceso electoral la dejó entrever el pasado lunes el presidente Juan Manuel Santos en diálogo con congresistas del Partido de la U y ayer recibió el visto bueno de las Farc.Durante una rueda de prensa en La Habana, el jefe guerrillero ‘Andrés París’ aseguró que “nosotros estamos dispuestos a avanzar en cualquier propuesta que preserve el proceso y que lleve al punto final del conflicto”. “Si se requiere una pausa estaríamos dispuestos, pero no como una acción unilateral, estamos dispuestos a trabajarlo, pero por ahora esa propuesta no ha llegado a la mesa”, expresó ‘París’, quien reveló que ya tienen “material suficiente en el punto de la participación política que permita anunciarle al pueblo colombiano que hemos avanzado con bastante celeridad y ojalá pudiéramos cerrar el punto de la participación política” en pocos días.El internacionalista Enrique Serrano aseguró, no obstante que la propuesta del presidente Santos que avalan las Farc “es una estratagema dilatoria con la que buscan beneficiarse ambos”.“Esto solo busca beneficiar electoralmente la deteriorada imagen de Santos para que pueda reciclarse o se relance; además, las Farc pasan por un momento difícil y necesitan tiempo para pensar cuál sería su condición política a mediano plazo y eventualmente otras formas de resocialización. Eso de ganar tiempo, para quienes no tienen una solución clara, es siempre una alternativa”, indicó Serrano.No obstante, Riveros cree que no existe tal motivación en el Gobierno porque si se habla electoralmente, el mayor afectado con la suspensión de los diálogos de La Habana es el mismo Mandatario.“Al contrario, la suspensión afecta al presidente Santos porque los opositores lo van a cobrar como un gran fracaso y con un proceso suspendido no queda nada qué defender porque la verdad es que el ambiente político se daña y vuelve y gana el discurso de la guerra”, indicó Riveros.Coinciden otros en que el mayor beneficiado podría ser el uribismo porque desde el comienzo de los diálogos ha asegurado que el proceso no es serio y que no iba hacia algún puerto seguro.El exprocurador Jaime Bernal Cuéllar cree, por su parte, que los diálogos no deben suspenderse cuando ha tomado ya una dinámica y que lo ideal es pedirles a los candidatos “que no tomen como bandera política el proceso de paz y no hacer una politiquería que pueda dañar las negociaciones”.“Sé que es difícil, pero los candidatos deben tener una alta responsabilidad y no politizar un proceso de paz con una política irregular y pretender obtener votos hablando de paz”, dijo Bernal.Bien sea que se suspendan los diálogos o se decrete la ruptura total del proceso, los analistas coinciden en que los jefes guerrilleros deben cumplir el protocolo y regresar al país en medio de las mismas garantías de seguridad con las que salieron hacia La Habana.Es decir, que suspender no significa que los negociadores puedan permanecer en Cuba bajo el amparo del gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro.