200 paramilitares torturaron y mataron a 15 personas de la región, cometiendo una de las masacres más dolorosas de la época y que derivó en el desplazamiento de, por lo menos, 1400 personas.

En la masacre de El Aro, cometida por las Autodefensas en octubre de 1997, fueron asesinadas 15 personas y desplazadas un número indeterminado. El expresidente Álvaro Uribe Vélez era el gobernador de Antioquia para esa época.

La decisión abrir investigación contra Uribe fue adoptada en audiencia pública por la magistrada María Consuelo Rincón, quien recogió la declaración de un jefe paramilitar en el sentido de que un helicóptero de la Gobernación de Antioquia habría sido visto cuando paramilitares atacaban en el corregimiento de El Aro, en el departamento de Antioquia.

La incursión en El Aro duró cuatro días, y para esa época se registraban las elecciones locales y regionales en todo el país.

Las Autodefensas llegaron al caserío y torturaron y asesinaron a 15 personas. Además prendieron fuego a las viviendas y se robaron el ganado.

La presencia de un helicóptero de la Gobernación de Antioquia cobró importancia porque durante la investigación de la masacre se ha dicho que a las AUC se les agotaron las municiones, así que tuvieron que recibir abastecimiento de alguna manera.

Sin embargo, durante los testimonios recolectados de varios jefes exparamilitares, entre los que está Salvatore Mancuso, se ha dicho que fueron varios helicópteros los que sobrevolaron la zona en el momento de la incursión al caserío.

Durante la investigación y a través de declaraciones de antiguos integrantes de las AUC, se estableció que la incursión a El Aro tenía como objetivo controlar posiciones de las Farc y algunas de sus rutas donde escondían secuestrados y ganado robado.

Los pobladores de El Aro, Antioquia, se han defendido ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y aseguran que las víctimas de esta masacre eran personas honestas y trabajadoras, que no tenían vínculos ni con la guerrilla ni con los paramilitares.