Se entregaron doce hombres de la banda criminal liderada por Gustavo Palomino, señalado por la masacre de Pance. También entregó siete fusiles y dos lanza granadas.
Gustavo Palomino Araújo, alias Camilo, presunto cerebro de la masacre de ocho personas en una casa finca de Pance, está negociando con las autoridades. En uno de los acuerdos, el antiguo miembro de los Urabeños entregó a doce de sus hombres y una caleta con armas.Los hombres de Camilo se entregaron ante una comisión de la Fiscalía y la Dijín, en zona rural de Roldanillo, norte del Valle. En una finca de esta población dos fiscales de la Unidad contra el Crimen Organizado y el director de la Dijín de la Policía, general Jorge Rodríguez, se reunieron con Fray Camilo Flórez Idárraga, alias Tabla, y once de sus hombres. Tabla, quien es el jefe de una de las estructuras que delinquen en el norte del Valle, aseguró que pertenecía a la banda Paz Alianza Valle, con influencia entre El Dovio y Versalles. Según las declaraciones de este hombre, él lideraba una especie de patrulla que se encargaba de combatir a los Rastrojos y las Farc.Desde hace tres años, Los Urabeños y los Rastrojos libran una guerra por el control de las rutas del narcotráfico en la región.Estas personas, quienes tienen edades entre 20 y 25 años y eran oriundos del Valle y de Antioquia, fueron interrogadas por los fiscales. En las entrevistas relataron que se dedicaban a patrullar la zona rural de estas poblaciones.Lea también: Paso a paso de 60 minutos de terror en la masacre de La María, sur de Cali. De la misma forma, según el preacuerdo entre los abogados de Camilo y la Fiscalía, los jóvenes serán procesados por el delito de concierto para delinquir, porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas; porte y uso de prendas privativas de las fuerzas militares. Un fiscal les imputará estos delitos en una audiencia que se realiza hoy ante un juez de Control de Garantías de Buga. Asimismo, en los próximos días, según revelaron, los miembros de esta organización entregarán otros quince fusiles y material de intendencia.Las autoridades manejaban información de que alias Tabla, natural de Medellín, era integrante de los Urabeños desde hacía más de cinco años. Incluso, en el 2011 fue capturado en municipio de Sahagún, Córdoba, por concierto para delinquir con fines de homicidios, pero tiempo después lo dejaron libre. Al recuperar su libertad, se desplazó al norte del Valle y empezó a trabajar con la organización liderada por alias Camilo, quien fue segundo en la estructura de los Urabeños, liderada por Chicho Urdinola, antiguo jefe de Los Machos y sobrino del extinto jefe del Cartel del Norte del Valle, Iván Urdinola. Este hombre se encuentra detenido y al parecer también negocia con las autoridades. Tabla en el momento de su entrega manifestó que junto con sus hombres querían reinsertarse a la sociedad, que estaba cansado de estar en el monte y quería reunirse con su familia. Yo llevo dos años y medio en la región, aseguró. También dijo que él debía responder ante alias Perico, segundo de la organización de Camilo. Jorge Armando Valencia Díaz, Perico o El Mono, quien se entregó a las autoridades el 30 de octubre pasado, también por orden de Camilo, está señalado de participar en la masacre de las ocho personas en el sector de Pance. Esa masacre, según lo revelado por Camilo a las autoridades, se debió a que Julio César Paz Varela, J1, antiguo socio suyo, estaba queriendo no rendirles cuentas y se estaba saliendo de las manos, revelaron fuentes de la investigación. Los acuerdosTras su captura en Armenia, Gustavo Palomino Araújo, alias Camilo, quien es un ex sargento del Ejército, empezó a dialogar con la Fiscalía con la intención de llegar a un preacuerdo. La intención de la negociación es que la agrupación que él lidera se entregue. Ésta, según fuentes cercanas al proceso, sería la primera de varias entregas. Se está intentando convencer a los otros miembros. La organización es de aproximadamente cien personas, reveló la fuente. Asimismo, Camilo le dio a la Dijín la ubicación de una caleta con armas enterrada en un terreno baldío entre Buga y Calima. En el lugar hallaron siete fusiles AK 47, tres subametralladoras mini uzi y dos lanza granadas.Fuentes del proceso explicaron que se trata de una negociación en la que Camilo, junto con El Mono y los otros procesados por la masacre, colaboran con las autoridades para lograr una rebaja de penas. La entrega de sus hombres y de las armas hace parte de los compromisos acordados en la negociación.