Cali continúa fortaleciéndose como una ciudad que apuesta por la inclusión laboral como un compromiso social y no solo como una meta institucional. El avance ha sido posible gracias a la articulación entre tres actores clave: la Secretaría de Bienestar Social, a través del Programa de Atención a la Discapacidad; las estrategias formativas y de empoderamiento jurídico lideradas por el equipo de promoción de derechos y participación; y los espacios de intermediación con el sector empresarial gestionados por los equipos de articulación intersectorial. Este trabajo conjunto permite que las personas con discapacidad accedan a formación pertinente, conozcan sus derechos y se conecten con oportunidades reales de empleo.

Personas con discapacidad y cuidadores culminan el curso 'Reactívate', una iniciativa realizada en alianza con la Fundación WWB que brindó herramientas para fortalecer emprendimientos y proyectos productivos. | Foto: El País

La Secretaría de Bienestar Social, encargada de liderar la actualización la Política Pública de Atención e Inclusión a la discapacidad en el distrito, ha reforzado su apuesta por un modelo social que reconoce la diversidad como una oportunidad para el desarrollo humano. Desde esta dependencia se construyen acciones orientadas a derribar barreras actitudinales, fortalecer capacidades y promover la implementación de ajustes razonables que permitan la participación plena de las personas con discapacidad en distintos escenarios.

El Programa de Discapacidad, adscrito a esta Secretaría, lidera un componente formativo que, solo en 2025, ha beneficiado a más de 220 personas. Esta oferta responde a sectores con demanda real en el mercado laboral, con cursos que combinan práctica y teoría: barismo, panadería, gastronomía, serigrafía, jardinería, bisutería, vigilancia y ofimática. Cada curso se diseña considerando accesibilidad arquitectónica y pedagógica, uso de materiales adaptados y metodologías que respetan los ritmos de aprendizaje individuales. El objetivo es que los beneficiarios no solo aprendan un oficio, sino que desarrollen autonomía, confianza y herramientas para su vida diaria.

En paralelo, el programa también priorizó la alfabetización digital como un pilar clave para cerrar brechas. Más de 130 personas con discapacidad —muchas de ellas sin experiencia previa en el uso de ordenadores— recibieron formación en herramientas básicas de ofimática, uso de plataformas accesibles, correo electrónico y manejo responsable de datos. Esta formación no solo abre puertas al empleo, sino que actúa como un mecanismo de inclusión social, permitiendo que más personas accedan a servicios, trámites y comunicación digital.

Complementando los procesos de formación, la Administración Distrital activó la estrategia ‘Empoderaté, tú decides’, centrada en la formación en derechos, normatividad y exigibilidad a los Comités Locales de Discapacidad. A través de esta iniciativa, más de 400 personas han participado en talleres interactivos sobre la legislación que protege a las personas con discapacidad en Colombia, los mecanismos de participación ciudadana y las rutas para presentar peticiones o denunciar vulneraciones. Con ello se busca que cada participante se reconozca como sujeto de derechos, capaz de incidir en decisiones locales y de exigir la protección de los derechos en el marco de la Ley Estatutaria 1618 del 2013.

Personas con discapacidad participan en actividades formativas y espacios de inclusión laboral promovidos por la Alcaldía de Cali, fortaleciendo sus capacidades y acceso a oportunidades. | Foto: El País

Este componente, atribuido al área de derechos y participación, cumple una función estratégica: no basta con formar para el trabajo si la persona desconoce cómo defender sus derechos o cómo enfrentar una barrera discriminatoria. La mirada integral permite que los beneficiarios transiten desde la formación ocupacional hacia la ciudadanía plena, fortaleciendo su capacidad de diálogo con instituciones y empresas.

Pero ninguna estrategia de inclusión laboral estaría completa sin la participación del sector productivo. Por ello, el eje de articulación intersectorial ha liderado encuentros con empresas, agencias de empleo, centros de formación y organizaciones sociales para acercar la oferta institucional a las necesidades del mercado. Estos espacios buscan sensibilizar a los empleadores sobre la realidad de la discapacidad, desmontar prejuicios, socializar incentivos tributarios y orientar sobre los ajustes razonables que facilitan la vinculación laboral.

En estas mesas de trabajo se han consolidado alianzas con sectores públicos y privados, articulaciones que se diseñan para sensibilizar e impulsar oportunidades reales. En este marco, la Secretaría de Bienestar Social firmó el Decálogo por la Inclusión Laboral de las Personas con Discapacidad en Colombia, una herramienta que recoge diez principios orientados a promover el acceso al empleo digno, la equidad en el trabajo y la construcción de entornos accesibles para todas las personas. Las empresas participantes reconocen que la inclusión aporta diversidad, capacidad de adaptación y compromiso laboral, aspectos fundamentales en los entornos productivos contemporáneos.

El impacto de este trabajo conjunto se refleja tanto en los beneficiarios como en la ciudad. A nivel individual, quienes participan en los procesos formativos y de empoderamiento reportan mejoras en su autonomía, seguridad personal y competencias para la inclusión productiva. A nivel social, Cali avanza hacia una economía más diversa y humana, fortalecida por principios como el reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos de derechos, la eliminación de la discriminación, la accesibilidad, la comunicación inclusiva, la formación pertinente, la articulación intersectorial y la visibilización de buenas prácticas. Con ello, la ciudad se proyecta como un referente nacional en igualdad y en la consolidación de un ecosistema robusto de inclusión laboral.

El reto ahora es sostener estos procesos en el tiempo, ampliar la cobertura y continuar fortaleciendo la articulación con empresas que reconozcan la diversidad como un valor estratégico. Cali demuestra que la inclusión laboral es posible cuando se unen la formación pertinente, el empoderamiento en derechos y el compromiso del sector productivo.