El artista bugueño expone actualmente su obra en México dentro de la exposición ‘La Vorágine’, conjuntamente con otros artistas colombianos.

¿Cómo surge la idea de ‘La Vorágine’? 

Óscar Roldán-Alzate quien, además de ser el curador de esta muestra, es director de extensión cultural de la Universidad de Antioquia,  ha desarrollado una contundente investigación relacionada con el papel de la narrativa en el arte contemporáneo colombiano. Fue así como en una visita de los directores de la galería OMR a  Medellín  lo invitan, un poco también como reconocimiento por su labor como co-curador del 43 SNA.

La invitación se cristaliza en la exposición ‘La Vorágine’, en la Galería OMR de México D.F. y surge como un homenaje a la obra de José Eustasio Rivera y su libro, que son parte fundamental de la historia de Colombia.

¿Qué artistas fueron invitados a participar?

Óscar escogió doce artistas contemporáneos colombianos. Son ellos: Freddy Alzate, Carlos Castro,  Juan Manuel Echavarría, Juan Fernando Herrán, José Horacio Martínez, Delcy Morelos, John Mario Ortiz, Fernando Pareja y Lady Chávez, José Alejandro Restrepo, Abel Rodriguez y Adriana Salazar. 

El punto de partida es el territorio. Pero, ¿por qué insistir en territorio cuando hoy en día resulta incómodo hablar de arte con nacionalidad?

La narrativa en el arte colombiano es el punto de partida para abordar esta idea de territorio. Pero el del territorio no es un problema que podamos circunscribir a un acontecimiento geográfico simplemente porque el concepto de territorio está abierto; es un concepto teórico y metodológico y que explica y describe el desenvolvimiento espacial de las relaciones sociales que establecen los seres humanos en los ámbitos cultural social, político, o económico; es un referente empírico, pero también representa un concepto propio de la teoría. 

Concretamente, ¿cuál es su propuesta en esta exposición? ¿Es la serie completa de ‘Buenaventura’ de la que se vio una pequeña parte en Madrid?

En esta exposición presento tres pinturas de gran formato con gran énfasis en el color y una estructura interna donde el ruido, la fugacidad y el azar; el dibujo, la gráfica  y la infografía tienen un importante papel. Las tres pinturas llevan cada una los nombres de tres escenarios geográficos ubicados en el Pacífico colombiano: Guapi, Iscuandé y Timbiquí. Reconocidas como poblaciones afrodescendientes del Pacífico, que han sido víctimas del despojo y el narcotrófico.

Su obra está inspirada en Victoriano Lorenzo, un líder indígena de finales del siglo XIX y principios del XX. ¿Cómo llega ese personaje a su vida? 

Victoriano Lorenzo fue un líder indígena que nació en el área rural de Penonomé, provincia de Coclé, Estado Soberano de Panamá, Estados Unidos de Colombia, en 1867. Victoriano fue un gran guerrero que luchó ferozmente en la guerra de los mil días y con su triunfo buscaba obtener la reivindicación de sus “cholos” y  de los  derechos de los indígenas.

 Sin embargo fue traicionado por los políticos que defendió y fue fusilado en la plaza de Francia del casco Viejo de Panamá en 1903. Su nombre fue olvidado para siempre de la historia de Colombia y hasta 1967 fue parte de la historia oficial de Panamá como héroe Nacional. La historia de este hombre colombiano me interesa por la paradoja contenida en su historia, donde la invisibilidad , el  olvido y la injusticia se hacen presentes  como elementos fundamentales de la construcción del imaginario político, social e histórico colombiano. Llega a mi vida por una feliz coincidencia de un atlas histórico de la República de Panamá y la investigación que desarrollaba sobre la guerra civil y el papel de los afrodescendientes e indígenas en la misma.

 ¿Cree que el arte puede contribuir de alguna manera a la paz? 

El arte es fundamental en un proceso de paz como el que estamos viviendo. Es en sí un fenómeno poderoso que nos lleva a establecer relaciones indisolubles con la verdad, la vida, la compasión y el amor, que son pilares para la convivencia pacífica.

Después de Arco Madrid, ¿qué pasará con el arte colombiano?

Arco 2015 fue importante para los artistas Colombianos invisibilizado.  Vendrán tiempos increíblemente buenos para el arte que se hace en Colombia y para Colombia misma, si no permitimos que nos conviertan en  víctimas de la estupidez,   la avaricia y la ira.

Ya cumple 25 años en el arte...

Mi trabajo ha pasado por múltiples etapas. No sabría si calificarlas de  evolutivas o de descubrimiento. Un proyecto estético debe tener un proceso en espiral que se va extendiendo y va cargando de posibilidades y de probabilidades.