Familias que reciben remesas saldrán favorecidas, pero se afectarán aquellas que van a viajar, o tienen deudas en esa moneda. Alerta en el Gobierno.

En las últimas semanas la ‘fiesta’ alcista del dólar tiene a muchos empresarios respirando más tranquilos, pero a los consumidores con cara de incertidumbre. En las esferas del Gobierno existe preocupación por los mayores costos que implicará el pago de la deuda pública externa, lo que podría traducirse en más impuestos hacia el futuro. Lea también: Sigue el alza del dólar y ya comienza a escasear en Cali. Una tasa de cambio de $2400 no se veía desde el año 2004. Es decir, que el goce de un dólar barato (por debajo de los $1900) ya pasó, y es una incógnita hasta donde subirá. Sin embargo, el mayor impacto por la carestía del billete verde —el cual ha ganado $500 en lo corrido del 2015— lo recibirán los consumidores, ya que cada vez es mayor el componente de bienes importados que pesan en la canasta familiar de los colombianos.Automóviles, celulares, televisores LED, boletos aéreos y paquetes turísticos hacia el exterior, ropa, alimentos y medicamentos, entre muchos otros, acumulan un encarecimiento relativo del 25% por cuenta de la veloz carrera de la devaluación del peso. Pese a ello, los efectos de ese incremento se sentirán en los bolsillos solo hasta el año entrante una vez los almacenes y concesionarios de carros, agoten sus inventarios navideños. Las implicaciones también serán para quienes harán, o ya realizaron compras y consumos con tarjeta de crédito en el exterior, pues las cuotas deberán pagarse con base en la Tasa Representativa del Mercado, TRM, y eso podría ser algo poco agradable cada mes de seguir la escalada alcista del dólar. En otras palabras, los ciudadanos tendrán que sacar más pesos de sus ingresos cotidianos para comprar productos y servicios que se liquidan o importan con base en la divisa estadounidense. Esto tiene especial importancia dado que si la cotización internacional del petróleo sigue cuesta abajo, el dólar podría hipotéticamente llegar a niveles insospechados de $2600 y $2700 como los registrados durante el año 2004.Según Daniel Velandia, jefe de estudios económicos de Credicorp Capital, una tasa de cambio más alta compensará en gran medida la fuerte caída del crudo, aunque repercutirá negativamente en el encarecimiento de los insumos, maquinarias y equipos en las empresas que buscan modernizarse. A pagar másPor el lado, de los hogares el efecto no será positivo a la hora de adquirir bienes durables en la medida en que sus precios se elevarán indudablemente en los próximos meses, anota Velandia. En eso coincide Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar, quien reitera que “los efectos de un dólar caro se tarda alrededor de 4 meses en impactar los precios de los productos, debido a los inventarios, coberturas cambiarias y pedidos; pero sin duda tendrá un futuro impacto en las compras de los hogares.Y quienes vayan a viajar de turismo al extranjero y/o hacer compras en línea, tendrán que pagar más pesos por dólar, en una tasa cerca al 10 % adicional”.Igual análisis hace Julio César Alonso, director del Centro de Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, al señalar que “los alimentos tampoco escaparán a la espiral alcista, pues la canasta doméstica básica tiene cada vez más productos extranjeros que presentan gran consumo en el país”.Sin embargo, aclara, que no necesariamente la devaluación del peso que ya llegó al 25%, se reflejará en el mismo porcentaje en el alza de los precios, pues esos ajustes podrían ser inferiores, como en el caso de los automóviles y otros bienes tecnológicos.A pesar de la elevada volatilidad de la tasa de cambio, los concesionarios confían en que el 2014 cerrará con la venta de 320.000 carros, aunque las alarmas se encendieron en octubre al caer en 18% las nuevas matrículas, según cifras del Registro Único de Tránsito. Runt. Por eso, el 2015 es un dilema para el mercado automotor. “La gente se atemorizó cuando el dólar rompió la barrera de los $2300 hacia mediados de octubre, tanto que muchas personas desistieron de comprar carro, y eso nos preocupa”, anota el administrador de una firma caleña.Cabe recordar, que un gran porcentaje de los automotores importados proceden de México y Brasil, países que también viven hoy un fuerte proceso de devaluación.Dos riesgosEl repunte en la cotización del dólar podría generar presiones inflacionarias en el 2015, ya que como se dijo, los precios se moverán.Es un riesgo que debe evaluarse, señala Alonso, ya que el control de la inflación ha sido uno de los fundamentales de la economía más exitosos de los últimos años. Se estima que el 2014 cerrará con un índice del 3,5%. En ese sentido, el papel del Banco de la República será clave, a pesar de que esa institución ha destinado en lo corrido del año unos US$3900 millones por mantener la estabilidad de la tasa de cambio, una lucha que ha salido cara para las arcas del Emisor.Pero si por ese lado, hay preocupaciones, lo son también para el Gobierno, en vista de que el costo de la deuda externa se disparó. A junio pasado el saldo de la deuda externa pública fue de US$37.000 millones (unos $70 billones) con base en una tasa de cambio de $1890. A diciembre, con un dólar a $2400, el costo de esos compromisos se elevó en $19 billones más. De allí que el Gobierno esté empujando una reforma tributaria en el Congreso para tapar un hueco fiscal de $12,5 billones en el Presupuesto General de la Nación para el 2015.Sin embargo, el costo de esa reforma implicará el pago total de $53 billones por parte de las personas naturales y empresas en el próximo cuatrienio.Con base en esos dos escenarios, el dólar es un buen incentivo para los exportadores, pero asusta a muchos colombianos del común.Los beneficiados Por estos días, muchos hogares están de plácemes porque están obteniendo más dinero por cuenta de las remesas que les envían habitualmente sus familiares desde el exterior.Y a eso ha contribuido el fuerte incremento del dólar, que ha valorizado el valor de esos de giros, procedentes especialmente desde los Estados Unidos, Canadá y España.Y entre los hogares más beneficiados figuran los del Valle del Cauca, pues este departamento recibe el 28% de todas las remesas que llegan a Colombia, algo así como US$1100 millones, unos $2,5 billones.“Este impacto es positivo, pues permite a esos núcleos familiares mejorar su poder adquisitivo, ya que recibirán más pesos por cada dólar, y ello indudablemente será positivo para el consumo y la economía regional”, destaca el analista Julio Escobar.“Son personas que van a lograr más pesos por los mismos dólares que les envían sus parientes”, añade por su parte el analista y asesor económico, Daniel Velandia.En concepto del economista, “esta coyuntura es una muy buena noticia para regiones como el Valle del Cauca, el Eje Cafetero y los santanderes, que reciben la mayor parte de esos giros de dinero”.Y recalca que al ser el peso colombiano, la segunda moneda más devaluada del mundo, después del Rublo ruso, al final de esos movimientos cambiarios hay una ganancia para las personas que obtienen esos recursos para ser invertidos acá en alimentos, vivienda, estudio y otros gastos.Como ya se ha mencionado días atrás, otros beneficiados con el dólar caro serán los exportadores, especialmente de confecciones, calzado, alimentos e insumos, entre otros.A octubre último las ventas externas del Valle alcanzaron los US$1810 millones, y con base en el comportamiento alcista de la tasa de cambio, fácilmente esa facturación superará los US$2000 millones al cierre del 2014.¿Monetizar, una solución?Para muchos analistas, el dólar seguirá al alza en los próximos días, pero no alcanzará el nivel de los $2700 como ocurrió en el 2004. Otros apuestan a que podría incluso romper el techo de $3000, si la economía de Estados Unidos se recupera con fuerza y sube sus tasas de interés, ya que muchos capitales se irían hacia ese país.Sin embargo, algunos especialistas consideran que para “suavizar” el costo de la divisa estadounidense el Gobierno colombiano debería acudir a la monetización. La monetización no es otra cosa que traer al país los dólares que tiene Ecopetrol en bancos extranjeros para irrigarlos en la economía y fortalecer el peso. Se calcula que serían unos US$6000 millones, suficientes para frenar el ímpetu de la reciente devaluación.En el inicio del segundo mandato de Santos, el Gobierno vio frustradas sus intenciones de obtener US$3000 millones por cuenta de la venta de sus acciones en Isagén. De haber ocurrido, recordó un analista caleño, esos recursos habrían podido contener en parte la actual devaluación del peso. Un conflicto que deberá resolver el Gobierno el año que viene.