En Palmaseca se dio un partido más para el gusto del Deportes Tolima. Fue muy físico, con espacios muy cerrados para el Deportivo Cali, lo que no permitió el despliegue del juego del conjunto ‘azucarero’, al punto que no se vio a Teófilo Gutiérrez, el cerebro de los verdiblancos, en su esplendor.

Pero el Cali hizo siempre lo que sabe: atacar, llegar por las bandas, a veces por el centro, y rotando a sus jugadores de la zona ofensiva para tratar de romper el ordenado juego defensivo que propuso el Tolima, a pesar de perder a Mosquera por lesión y, posteriormente, a Angulo, su reemplazo.

En ese juego tan cerrado, las individualidades debían aparecer y los ‘Azucareros’ tuvieron en Preciado su fórmula más clara de ataque y de gol.

El delantero tumaqueño de 27 años fue el autor del tanto en el 1-1 entre Cali y Tolima en esta ida de la final y llegó a 12 anotaciones en la Liga, igualando a Fernando Uribe, de Millonarios.

Tuvo, sobre el final, dos opciones claras de gol para darle la victoria definitiva a su equipo, pero Preciado se encontró con William Cuesta, un arquero que era suplente y terminó convertido en figura en el Tolima, tras la partida de Álvaro Montero. Dos mano a mano le ganó a Preciado en el cierre del juego.

Tan importante como Cuesta es Gustavo Ramírez, el delantero paraguayo que también viene del banco, pero ante la ausencia de Plata y Caicedo por lesión, se ha ganado con goles un puesto en la titular y será difícil regresarlo a la suplencia. Ha marcado cuatro goles en los últimos tres juegos.

Cali deberá jugar en Ibagué como sabe hacerlo. La manera de derrotar a un equipo tan físico y con tanto fondo es con la circulación de la pelota y el hallazgo de los espacios para hacer daño. Faltan 90 minutos y la ilusión por la décima sigue allí.