El País ha seleccionado los siete momentos memorables de las justas que se cumplen en Londres.

Por mucho que hayan cambiado los juegos modernos desde su primera edición en Atenas en 1896, los olímpicos siguen siendo el certamen deportivo por excelencia, el lugar en donde lo extraordinario se vuelve cosa de todos los días, varias veces al día, y los atletas más excepcionales del planeta compiten por la supremacía absoluta. Para los espectadores, es una oportunidad de oro para que las historias de superación personal más allá de lo imaginable, las conquistas históricas, los finales agónicos y felices, no son exclusivas de la ficción o las mentes fantasiosas e inocentes, sino que también hacen parte del legado de la humanidad. Luego de una semana de competición que ha dejado centenares de medallas de oro, decenas de récords que han pasado al olvido superados por otros nuevos, instancias tanto de gloria como de fracaso. El País ha seleccionado los siete momentos memorables de los Juegos Olímpicos de Londres. 1. La Reina y James Bond saltan de un helicópteroDe entrada, era evidente que la ceremonia de inauguración de Londres 2012 no se proponía superar a la de Beijing cuatro años atrás, aunque fueran inevitables las comparaciones con el exuberante espectáculo que encandelilló a los espectadores en 2008. Si la capital china pretendía formalizar su condición de epicentro de poder geopolítico, la ciudad inglesa le apuntaba a reivindicar su vigencia en el nuevo orden mundial, aún en medio de una recesión económica. Para ello, el director de cine Danny Boyle, encargado de planificar el evento, hizo gala de toda su creatividad con una puesta en escena que no se viera afectada por sus limitaciones presupuestales (la inauguración de Londres 21012 costó $42 millones de dólares, menos de la mitad que la de Beijing 2008). El ganador del Óscar fabricó una colcha de retazos echando mano de elementos tan dispares como el personaje cómico conocido como 'Mister Bean', la revolución industrial, la tradición de literatura infantil inglesa desde Dickens hasta JK Rowling pasando por Peter Pan, o los éxitos musicales de agrupaciones como Sex Pistols o The Rolling Stones. Pero el clímax de la noche fue sin duda la llegada de la reina Isabel al estadio. En primer lugar, un clip cinematográfico mostró a James Bond arribar al palacio de Buckingham, y escoltar a la monarca inglesa hasta un helicóptero de la fuerza aérea británica. Luego de que la aeronave sobrevolara Londres en dirección a la zona del Parque Olímpico, pasando por debajo del iconico London Bridge, la ficción se entremezcló con la realidad dando a entender que la reina y el agente secreto se lanzaban en paracaídas sobre el estadio de atletismo donde se celebró la ceremonia. Finalmente, el maestro de ceremonias anunció la llegada de la reina, que fue recibida en medio del delirio del público que abarrotó las graderías del recinto. 2. La niña que vino de otro planetaEl sábado 29 de julio, mientras la atención en el complejo acuático del Parque Olímpico se centraba en el duelo entre Michael Phelps y Ryan Lochte, una niña de 16 años y 170 centímetros tomaba por sorpresa al mundo del deporte haciendo añicos el récord mundial de los 400 metros estilos y consiguiendo algo que hasta entonces se consideraba imposible: nadar más rápido que los hombres. En efecto, en el remate de la final de 400 metros estilos, Ye superó los tiempos de Ryan Lochte, el ganador de la prueba equivalente en la categoría masculina. Ante una pregunta de la prensa sobre lo ocurrido, el estadounidense, de 28 años y 1,88 metros de estatura, comentó en tono de broma: "si hubiera nadado junto a mi a lo mejor me ganaba". Pero las suspicacias en torno a los registros de la flamante campeona olímpica no tardaron en salir a la superficie. El presidente de la Asociación Mundial de Técnicos de Natación, el estadounidense John Leonard, fue el primero en expresar abiertamente su incredulidad: "En la historia de nuestro deporte, cada vez que vemos algo 'increíble' –y quiero decir literalmente 'increíble'–, luego se comprueba que hubo 'doping' involucrado". Por su parte, representantes del equipo chino aseguraron que la probidad de los métodos utilizados estaba fuera de toda duda, y sugirieron que las sospechas tenían tintes racistas. "Nosotros no cuestionamos a Phelps ganó arrasó con ocho medallas en Beijing", ripostó Jiang Zhixue, una de las autoridades antidopaje de China. 3. La consagración de Bradley WigginsTradicionalmente, el ciclismo no ha sido un deporte al que los ingleses le presten demasiada atención. Pero la personalidad de Bradley Wiggins, combinada con una trayectoria en la que ha cosechado todos los títulos posibles para un hombre montado sobre una bicicleta, parecen haber obrado un milagro en el público de las islas, que se ha entregado masivamente a las competiciones de la categoría durante estos olímpicos, y ha adoptado las características patillas del corredor como una especie de un amuleto nacional de la buena suerte. Y de hecho fue Wiggins quien, tras un comienzo por debajo de las expectativas del equipo anfitrión, consiguió la primera medalla de oro para los británicos. El ciclista, ganador de dos preseas doradas en Beijing, tenía puesta la mira en la contrarreloj individual. "Sería un sueño ganar frente a mi gente", había dicho el ciclista londinense, y luego de coronarse campeón del último Tour de Francia, estaban dadas todas las condiciones para conseguirlo. El gran momento de forma de Wiggins quedó reflejado en la carrera, en la que impuso un ritmo trepidante, sacándole más de un minuto de ventaja al medallista de plata. 4. El 'Plan Colombia' rinde frutosLa delegación colombiana en Londres es, con diferencia, la más numerosa en la historia olímpica del país. Con 104 atletas participando en diferentes categorías (más de la mitad de ellas mujeres), la comitiva nacional es casi dos veces más grande que la que acudió a Beijing. La inédita cantidad de deportistas del país que alcanzaron las marcas mínimas para participar en las olimpiadas es un indicador contundente del salto cualitativo en la planificación institucional para las justas. Iniciativas como el Centro de Alto Rendimiento localizado en Bogotá, o el Plan Talentos de Coldeportes, que asigna recursos a los atletas más prometedores en las distintas categorías, son apenas dos ejemplos de cómo el deporte colombiano ha dejado de depender únicamente de la generación espontánea de talento, sino que está siendo objeto de una planificación sostenida y ordenada. Y el plan está dado resultados. Habiendo transcurrido apenas una semana de competencias, la participación colombiana roza ya el sobresaliente, y podría ser excelente, dependiendo de los resultados en competencias como la marcha olímpica, el bicicross o el salto triple, en los que existen expectativas realistas de obtener alguna medalla. Con las tres preseas conseguidas hasta ahora, Colombia ha superado a Chile y se consolida como la tercera nación suramericana con más olímpicas (14), sólo detrás de potencias deportivas como Argentina (66) y Brasil (94).5. Bádminton: vergüenza en Wembley Los asistentes a los encuentros de la fase de grupos del Bádminton femenino en las instalaciones olímpicas de Wembley de inmediato notaron que había algo irreglar en los encuentros entre los equipos de las representantes de China Yu Yang y Wang Xiaoli y las de Corea del Sur Jung Kyung-eun y Kin Ha-na. Demasiados errores no forzados y servicios que iban a dar en la red desataron la indignación de los espectadores, que terminaron abucheando a las deportistas. Incluso el árbitro del partido, Thorsten Berg, se vio obligado a intervenir, advirtiéndoles a las participantes que su conducta era inadmisible. Las coreanas ganaron el partido, un resultado que les aseguraba a ambos equipos los cruces más convenientes en la siguiente fase: todo parecía indicar que sus rivales habían perdido a propósito. Las sospechas se convirtieron en certidumbres cuando en el partido siguiente, entre otro equipo de Corea del Sur y uno de Indonesia, también fueron evidentes las señales de que existía un arreglo entre los rivales. El presidente del comité organizador de las justas Sebastian Coe, quien asistió a estos partidos, no dudo en calificar estos actos de "deprimentes". La inglesa Gail Emms, medallista de plata en la categoría en los juegos de 2004, también fue tajante: "este tipo de actitudes es inaceptable en unos Olímpicos, es una desgracia". Menos de 24 horas después, la Federación Mundial de Bádminton (BWF, por sus siglas en inglés) tomó la decisión irrevocable de suspender a las ocho jugadoras involucradas en el arreglo, por la violación de dos principios en los códigos deportivos: "no dar lo mejor de sus capacidades para ganar un partido y comportarse de una manera perjudicial para el deporte". 6. Phelps y la eternidad Michael Phelps llegaba a los Juegos Olímpicos como el nadador más exitoso de todos los tiempos, luego de haberse colgado ocho medallas de oro en las justas celebradas en Beijing, algo que ningún otro deportista había conseguido previamente. ¿Qué tipo de motivación podría encontrar para dar lo mejor de sí en Londres? "Es como escoger la guinda del pastel", aseguró el estadounidense nacido en Baltimore, una actitud que despertó las dudas de muchos analistas. En efecto, Phelps no parecía entrenarse con la misma intensidad del pasado, y en la piscina los resultados así lo delataban. Su dominio casi absoluto en la piscina había empezado a deteriorarse, y en las competencias que precedieron a los juegos de Londres Ryan Lochte había logrado lo que antes parecía totalmente imposible: ganarle. Los resultados de la primera competencia, los 400 metros estilos individuales, confirmaron las reservas de los escépticos. Phelps a duras penas consiguió clasificarse a las finales y luego ni siquiera llegó entre los tres primeros. Era la primera vez en 12 años que el deportista no se colgaba una medalla olímpica en una final. Tres días después, en los doscientos metros mariposa, su especialidad, Phelps fue superado agónicamente por el sudafricano Chad Le Clos. Con la medalla de plata, sin embargo, el nadador estadounidense igualaba la marca de la gimnasta soviética Larisa Latynina, hasta ese momento la persona con más medallas olímpicas de la historia: 18 en total. Su participación en la posterior victoria del equipo de EE.UU. en los relevos de 4 x 200 metros le permitiría terminar el día con 19 medallas. Para el viernes 4 de agosto, Phelps habría de colgarse dos medallas doradas más, la segunda de ellas en la última competencia de su carrera profesional: los 50 metros libres. Cuesta trabajo imaginarse en qué circunstancias alguien pueda llegar a superar las 21 preseas olímpicas que el nadador ha conseguido a lo largo de tres olímpicos, y desde ya está servida la polémica sobre cuál ha sido el más grande atleta olímpico de todos los tiempos. Lo único claro es que Michael Phelps es un candidato indiscutible para ocupar ese lugar de privilegio. Un deportista de leyenda. 7. Los olímpicos se ponen al día con las mujeres Gracias a las invitaciones especiales del COI, y contando con la aquiescencia de las federaciones nacionales de Catar, Brunei y Arabia Saudí, Londres será el primero de los Juegos Olímpicos al cual todos los países participantes envían una representación femenina. El jueves 2 de agosto, la atleta catarí Noor Hussain Al-Malki se convirtió en la primera mujer de su nacionalidad en participar en unas olimpiadas. La joven de 17 años compitió con la cabeza cubierta con un pañuelo del mismo color de su uniforme, aunque una lesión en el arranque de la ronda clasificatoria de los 100 metros planos impidió que cruzara la meta. Al día siguiente, el turno fue para la judoca saudí Wojdan Shaherkani, quien se presentó en el 'katami' del estadio Excel ante una cerrada ovación del público presente. Su participación en la categoría de los 78 kilos había estado en duda hasta poco antes de la pelea, debido que la federación internacional de judo se negaba a permitirle competir con el velo requerido por las autoridades religiosas de su país. Finalmente, Shaherkani, de 16 años, pudo participar en la pelea, aunque su rival, la puertorriqueña Melissa Mojica apenas tardó 90 segundas en vencerla.