Barranquilla se ganó a pulso, con apoyo, calor y decisión, su remoquete de ‘La casa de la Selección’. Aquí se han logrado las clasificaciones a cuatro mundiales.

La aguja de la temperatura marca los calientísimos 36 grados con un sol que quema por todos lados, y la humedad también está disparada y hace mella hasta en los mismos barranquilleros.Sin embargo, en las afueras del Hotel Sonesta, sitio de concentración de la Selección, o en los alrededores del estadio Metropolitano, donde entrenó el equipo y donde fabricó la clasificación a cuatro mundiales, hay mucha gente, ataviada con los colores de Colombia, animando y gritando pese a que su alcance no hay ningún jugador.“Eso es lo bueno de Barranquilla, aquí la gente se olvida de sus problemas, del sol, del calor y de los arroyos para darle su respaldo a la Selección. Aquí todo el mundo le mama gallo a todo el mundo, aquí la gente se toma en serio eso de respaldar a la Selección sin importarle lo demás; por eso es que esta es una casa bien chévere para el equipo”.La opinión es de Mike Fajardo, un curtido periodista barranquillero de RCN, testigo de muchos de los triunfos de la Selección en esta plaza y conocedor al máximo de la idiosincrasia y del empuje de sus paisanos por quedar bien a nivel nacional.Y es que Barranquilla, en honor a la verdad, se ha ganado a pulso el ser la casa de la Selección, pese a que en años recientes, más por una jugada política que deportiva, le hayan quitado ese honor para entregárselo a Bogotá y Medellín.“El fervor de la gente acá no tiene comparación; el barranquillero es echao pa’lante, apoya a su Selección donde sea, siempre está gritando y eso lo sienten los muchachos”, dice la alcaldesa de la ciudad, Elsa Noguera.La Mandataria asegura también que “el calor es otro punto que juega a favor del equipo de José Pékerman. Esa alta temperatura no la pueden soportar los otros equipos, acá cualquiera no juega con una temperatura de 36 grados”.Los jugadores coinciden con esa apreciación, ya que incluso ellos mismos han desfallecido por momentos debido al infierno en que se convierte el Metropolitano desde las 12:00 del día.“Ha habido momentos en que cuando parece que las fuerzas nos abandonan, aparece la afición y nos rescata con su apoyo y sus cantos; cuando todo el estadio se para a gritar y a apoyar, eso lo siente para bien el equipo, en algunos partidos nos ha servido para hacer la diferencia sobre el rival”, confiesa Amaranto Perea.Para James Rodríguez, el apoyo que ha sentido en Barranquilla no lo ha notado en otra plaza del país. “El barranquillero de por sí, por ser costeño, es alegre y bullicioso; y eso ha sido determinante porque ellos nos hacen sentir a nosotros como en nuestra propia casa y hacen sentir al rival como verdadero visitante. Yo creo que el fervor y la alegría que se ve en Barranquilla no se nota en otras ciudades”, asegura el número 10 de la Selección.La parte directiva de la Federación Colombiana de Fútbol también reconoce que Barranquilla se pasó en cuanto a apoyo para el seleccionado tricolor.“La ciudad ha sido inmensa en su alegría y en su acompañamiento a la Selección; Barranquilla ha sido fundamental en este proceso; de hecho, en las estadísticas de la Conmebol figura como la plaza con mejor entrada de público para los partidos de la eliminatoria. La verdad es que eso nos tiene contentos por la ciudad, el calor y la alegría que siempre encontramos acá”, señala Luis Bedoya, máximo directivo de la Federación.Lo cierto es que hay una enorme empatía entre Barranquilla y la Selección. La ciudad se vuelca literalmente hacia su Selección, y la Selección responde con gestos, pero también con fútbol al cariño que le brinda la ‘Arenosa’.El calor y la humedad juegan un factor muy importante. La alegría y el colorido de la gente en cada esquina también ayudan en lo anímico a Colombia. Los cánticos de apoyo en el estadio durante los partidos han sido vitales para levantar a los jugadores, y el carnaval antes, durante y después de los partidos es indescriptible y es el fiel reflejo de que, como lo dijo el veterano periodista Fajardo, “esta es una casa bien chévere para la Selección”.