Con la mirada al horizonte, la voz un poco cansina y de vestimenta siempre elegante; a sus 86 años de vida, Jorge Ramírez Gallego asume con humildad su rol como ídolo del cuadro azucarero.
En el atardecer de su vida, orgulloso viste la camiseta del Deportivo Cali y, a pesar de algunos quebrantos de salud, se le ve contento junto a los trofeos con los que escribió páginas de gloria en aquel imponente Deportivo Cali de don Pancho Villegas, el entonces entrenador, que tuvo figuras como Mario Desiderio, Miguel Escobar, Joaquín Sánchez, entre otros legendarios nombres que edificaron la grandeza del club.
“Lo del Deportivo Cali en mi vida fue grande, siempre haciendo las cosas bien para el deporte y la gente”, indicó el emblemático ariete.
En un acto cargado de emoción y memoria, la Fundación Museo de Historia Verdiblanca, conformado por hinchas del club azucarero, rindió un sentido homenaje al conocido cariñosamente como ‘el ariete negro’, máximo goleador en la historia del club con 168 tantos oficiales.
El evento se realizó en la sede administrativa del elenco verdiblanco, Alex Gorayeb, como parte de una iniciativa de los integrantes del museo, que buscan rescatar la memoria y reconocer en vida a los ídolos de la institución.
El homenaje a Jorge Ramírez Gallego tuvo como punto central la entrega de una escultura de los pies del goleador, una pieza simbólica que representa los muchos goles que hicieron, no solo vibrar a las generaciones de la época dorada del Deportivo Cali, sino también que fueron pilares en las vueltas olímpicas que hacían festejar los títulos ganados cada diciembre.
Ramírez Gallego, un ídolo de cuatro títulos, no solo dejó una impronta goleadora imborrable, también fue protagonista en los cuatro títulos que el Deportivo Cali consiguió durante su etapa como jugador.
Gustavo Arana, uno de los asociados más antiguos del club, dibuja una sonrisa en su rostro al recordar a Jorge como jugador: “no se le escapaba ningún balón. Lo recuerdo como un jugador muy disciplinado, en las concentraciones siempre se recuperaba después de los partidos, acostándose en la cama y poniendo los pies hacia arriba, contra la pared”.
Con su olfato para hacer goles, su carácter en el área y una cabeza prodigiosa, ‘el ariete negro’ fue artífice de los campeonatos ganados en 1965, 1967, 1969 y 1970.
En aquel tiempo el rentado nacional se jugaba un año entero y se coronaba campeón el equipo que en diciembre quedara en el primer lugar con el mayor puntaje logrado.
Un legado que sigue vivo
El legado de Ramírez Gallego no solo está impregnado en la memoria de los hinchas; su familia también siente un gran orgullo de tenerlo como padre y abuelo.
Elizabeth Ramírez, hija del goleador, se refiere a su padre como un superhéroe que nunca le gustó llevar capa. “Mi papá siempre ha sido un padre ejemplar, un hombre muy amable, amplio, humilde y siempre en su carrera fue muy profesional”, señaló Elizabeth.
Ella agregó que “lo recuerdo en casa siempre alegre, a pesar de que mi mamá falleció cuando él aún era muy joven. Él no quiso organizarse y nos dedicó todo el tiempo como hijos”.
Recordar es honrar y hacer homenajes en vida, es reconocer el legado de quienes comenzaron a escribir la historia de grandeza que ha caracterizado al Deportivo Cali, historia que no siempre tiene finales felices pero como lo afirmó el maestro Ramírez Gallego, “hubo momentos difíciles, pero siempre estuvimos en un equipo que solo sabía buscar el triunfo”.