Este técnico,logró darle un título a su exitosa carrera como técnico. Es el primer entrenador tolimense que gana una estrella en el fútbol profesional colombiano.

“¡Burro… burro… burro…!”, le gritaban desde las tribunas. Con lágrimas, el ibaguereño Hernán Torres Oliveros salía del estadio Manuel Murillo Toro luego de cada partido, en busca de un refugio emocional que solo encontró en sus familiares más cercanos, para mitigar un profundo dolor que le hizo vivir su propio calvario. La diversión, alegría y satisfacción que puede ofrecer el practicar o estar vinculado a alguna actividad deportiva, y más, al estar al frente del equipo de su tierra, Deportes Tolima, no era motivo de felicidad, sino que parecía ser sinónimo de amargura y tristeza. Sin embargo, la constancia, perseverancia y ese profundo amor por el fútbol hizo que el estratega tolimense viviera un largo proceso, en el que soportó, sufrió, se fortaleció, experimentó, creció como profesional, cambió de rumbo y pudo construir una dura carrera que ahora lo tiene, por el rendimiento de sus equipos, como el mejor director técnico del balompié colombiano en los últimos años. El arranque de Torres como técnico oficial del fútbol colombiano se dio cuando era el preparador de arqueros del cuerpo técnico del Deportes Tolima que comandaba Jaime de La Pava, que, tras perder el 10 de abril de 2007 en Asunción, ante Cerro Porteño, fue despedido como entrenador de Tolima. Esa cancelación del contrato del vallecaucano generó que como director técnico encargado quedara esa misma noche Torres, más por necesidad que por cualquier otra cosa. Pero esa sería la fecha en la que inició la dura construcción de su carrera como entrenador profesional. Y la primera prueba no fue fácil. Deportes Tolima se enfrentaba el 24 de abril de 2007 al Cúcuta Deportivo, en Ibagué, para definir qué equipo colombiano acompañaría al Gremio brasileño en los octavos de final de la Copa. Los Pijaos solo debían empatar para clasificar, mientras que los Motilones tenían la obligación de ganar. Tolima ganaba bien, hasta que el panameño Blas Pérez le dio el empate al Cúcuta, que todavía le daba la clasificación a los Pijaos. No obstante, a cuatro minutos del final, otra vez apareció el panameño para marcar la eliminación de Tolima y un amargo debut en la naciente carrera de Torres. Sin embargo Torres pasó el trago amargo, reacomodó su carrera y siguió al frente de un Tolima que dio de qué hablar por sus buenas campañas. Eso lo llevó al Itagüí y este año a Millonarios, en donde se ganó el corazón de los azules por romper 24 años se sequía.