En diciembre, una época en la que varios colegios en Colombia inician su periodo de vacaciones, los jóvenes finalmente pueden disfrutar de un merecido descanso después del año escolar. Sin embargo, junto con esta pausa suelen aparecer algunos hábitos poco saludables como el aumento del tiempo frente a las pantallas, la reducción de las horas de sueño y una menor actividad física.
Estos cambios pueden afectar su bienestar, por lo que esta temporada se convierte en una oportunidad para reforzar rutinas sanas que promuevan el movimiento, el descanso adecuado y actividades que aporten a su formación integral.
Dentro de estos hábitos, el deporte ocupa un lugar esencial, pues es una de las prácticas que más contribuye al desarrollo integral de los jóvenes.
Más allá de mejorar su condición física, fortalece habilidades emocionales y sociales, favorece la concentración y la gestión del estrés, y promueve valores como la disciplina, la constancia y el trabajo en equipo.
Mantener una rutina deportiva permite a niños y adolescentes crecer de manera equilibrada, desarrollando no solo un cuerpo sano, sino también actitudes y competencias clave para su bienestar diario.
Aquí es donde los colegios cumplen un rol fundamental. Cuando los estudiantes crecen en entornos que integran el deporte de forma natural en su día a día, desarrollan una motivación interna que trasciende el calendario escolar.
En instituciones donde la actividad física se promueve de manera constante, los jóvenes aprenden a valorar el movimiento como parte de su bienestar, lo que facilita que mantengan este hábito incluso durante las vacaciones.
Así, la cultura deportiva escolar se convierte en un impulso clave para que permanezcan activos y conscientes de su importancia.
Según Tomás Tovar, jefe de Deportes de The English School, “los colegios pueden fomentar de manera efectiva la actividad física cuando cuentan con una programación de entrenamientos constante y bien estructurada durante todo el año escolar, complementada con la participación en torneos deportivos locales y nacionales. Estos espacios no solo fortalecen el rendimiento físico, sino también impulsan el desarrollo integral, promueven la salud y el bienestar, y refuerzan valores como el trabajo en equipo, la disciplina y la resiliencia. Además, participar en torneos deportivos amplía las oportunidades de los jóvenes y fortalece el sentido de pertenencia”.
Con el propósito de promover la participación en escenarios que aporten a la formación integral de los jóvenes, Tomás compartió algunos torneos deportivos nacionales y locales que se desarrollan durante el año escolar y en los que los estudiantes pueden participar:
- Torneo Nacional AACBI de Gimnasia (Cali, 6–8 de noviembre de 2025): reúne a instituciones afiliadas para medir habilidades técnicas en gimnasia, promoviendo precisión, coordinación y disciplina.
- Copa Nacional AACBI Mayores (Bogotá, 11–14 de noviembre de 2025): dirigida a estudiantes de grados superiores en diversas disciplinas deportivas, fortaleciendo el liderazgo y la responsabilidad.
- Copa Jefferson School (Cali, 28–31 de enero de 2026): torneo intercolegial que reúne a instituciones de distintas ciudades en un ambiente de integración y sana competencia.
- Copa Nacional AACBI Juvenil (Cali, 19–21 de febrero de 2026): diseñada para estudiantes de la categoría juvenil, enfocada en potenciar las habilidades deportivas y el sentido de pertenencia.
- Big Games de Deportes (Barranquilla, 11–14 de marzo de 2026): uno de los encuentros escolares más grandes del país, con disciplinas como fútbol, baloncesto y voleibol, fomentando el intercambio cultural y el espíritu deportivo.
- Copa Nacional AACBI Infantil (Bogotá, 23–25 de abril de 2026): espacio para que las categorías infantiles se inicien en la competencia formal y desarrollen disciplina y trabajo colaborativo.
- Festival Nacional AACBI Preinfantil (Armenia, 14–16 de mayo de 2026): evento introductorio al deporte para los más pequeños, centrado en el juego limpio y la formación temprana de hábitos deportivos.
“Nuestros estudiantes participan durante todo el año escolar en estas competencias porque creemos en una formación verdaderamente holística. Nuestro enfoque busca desarrollar a la persona en su totalidad, en lo intelectual, emocional, social, ético y físico, sin limitarse únicamente a lo académico. Mientras los torneos académicos fortalecen habilidades cognitivas, los deportivos aportan beneficios físicos, emocionales y sociales que complementan de manera decisiva la formación del estudiante”, añadió Tomás.
En conjunto, estas iniciativas demuestran que la educación integral va más allá de lo académico. Cuando los colegios fomentan de manera constante la actividad física y abren espacios para que los estudiantes aprendan dentro y fuera de las aulas, contribuyen a formar generaciones más saludables, equilibradas y preparadas para afrontar los desafíos del futuro.