El Luis Bolívar 2025, y a las puertas de hacerse 2026, es un hombre que tiene dos razones para existir: su familia y los toros, en ese orden. Hoy, ambas líneas se cruzan. Bolívar ha decidido volver a torear, luego de prometerles a los suyos que se marchaba para dedicarles más tiempo.
Está claro que la fuerza de las circunstancias obliga que así sea. El torero, más caleño que nunca, quiere seguir en activo. No solo con el traje de luces, sino como empresario y también como apoderado (del torero español Román Collado).
Aunque, sobre todo, en la defensa de la libertad, amenazada como nunca por el prohibicionismo y la intolerancia.
Luis Bolívar habló con El País sobre su regreso y las razones para ponerse al frente de la causa taurina en ese lugar tan suyo, la Plaza de Toros de Cañaveralejo.
Organizar la feria en el contexto actual no ha sido fácil. ¿Qué los impulsó a dar este paso?
La verdad es que no lo hicimos con sensatez, porque si uno se para a pensarlo con cabeza fría, no se dan toros. Hoy todo son dificultades, prohibicionismo, y la negación a un derecho básico: trabajar. Lo hicimos desde el amor al toro y a lo que nos ha dado. Mis hermanos Alejandro Valencia, que es un loco enamorado de esto, y Luis y Pablo Álvarez, que también viven por y para el toro, han sido claves. Sin ellos, pensar en dar de nuevo toros en Cali era inviable.
¿Qué significa volver a tener a César Rincón en Cañaveralejo?
Una ilusión inmensa. César fue un impulso para todo un país en momentos críticos y aquello me marcó. Volver a tenerlo en la plaza, con la disposición que ha mostrado, es un regalo para el aficionado, para Cali y Colombia. Él asumió su responsabilidad con grandeza. Es nuestro espejo, nuestro maestro, y su presencia le da a esta feria un valor simbólico enorme.
El año pasado se retiró. Este año vuelve a vestirse de luces. ¿Por qué?
Primero que todo, le debo una disculpa al aficionado. Siempre he sido serio y coherente con lo que hago. Mi decisión de retirarme era firme, pero después de una conversación muy profunda con mis socios y con el doctor Juan Carlos Gómez, director de Cormanizales, en Madrid, entendí que, en el contexto actual, quitarme era abandonar la lucha. Este es un gesto de rebeldía: no puedo aceptar que otros decidan por mí después de dedicar mi vida entera a esta profesión. Aún queda pelea y no voy a abandonar el barco en el momento más difícil.
¿Cómo ha sido construir la feria de este año?
Muy difícil. Armar los carteles ha sido como resolver un rompecabezas. Poner a todos de acuerdo no es fácil, pero lo logramos. Siempre quise que Cali mantuviera esa identidad de apostar por los nuevos. Traer a Javier Zulueta, a Olga Casado, insistir en el debut en Cali de Marco Pérez, por fin, ahora como matador de toros, dar sitio a otros toreros como el peruano Joaquín Galdós, el venezolano Jesús Colombio y el mexicano Luis David Adame, apoyar el momento de un torero de la tierra como Juan de Castilla, también de José Arcila… todo eso es refrescante. Y combinar todo esto con figuras de la talla de Sebastián Castella, Talavante o el maestro César Rincón nos da una feria sólida, con estructura, con identidad y con proyección.
¿Cómo ha sido trabajar con los ganaderos?
Gracias a ellos tenemos feria. Lo que hacen es heroico. Criar toros en estas condiciones es casi una locura. Vivimos bajo una presión constante, una especie de dictadura silenciosa que quiere aniquilar todo esto. Y aun así, ellos siguen criando. Son alquimistas, valientes, y lo hacen por amor al toro. A ellos hay que hacerles un monumento, porque sin toro bravo, no hay nada.
Ahora también es apoderado. ¿Cómo vive esta nueva etapa, con tantos frentes abiertos?
Con intensidad, aunque también con desgaste. La que más lo sufre es mi esposa. El año pasado le dije que me quitaba… y ahora vuelvo a vestirme de luces. No es fácil. Cada vez me cuesta más esa espera en el hotel, aunque cuando sale el toro, todo cambia. Como empresario, lo hago por amor a Cali, a esa plaza que fue culpable de todo. Y como apoderado, estoy muy ilusionado con Román. Tiene madurez, hambre, y creo que esta puede ser una temporada decisiva para él.
¿Qué representa compartir la feria con Rincón y Juan de Castilla, generaciones diferentes de toreros colombianos?
¡Una maravilla! Hubiera sido muy significativo ver ese cartel en el festival, pero es claro que teníamos que estar cada uno en un cartel respetando nuestro país; por supuesto me hubiera encantado compartir cartel con el maestro como lo hice en su despedida, y creo que Juan no ha coincidido con el maestro en el mismo cartel. Pero al final lo importante es que los jóvenes puedan verlo delante del toro. Es un ejemplo de entrega y disciplina, no solo para quienes quieren ser toreros, sino para cualquiera que quiera dirigir su vida con seriedad.
Tres tardes más en Cañaveralejo
Estas son las combinaciones que restan de la actual Feria taurina de Cali:
Domingo 28 de diciembre: Luis Bolívar, Alejandro Talavante y Olga Casado.
Para este inicio estarán los toros de Ernesto Gutiérrez.
Lunes 29: Festival taurino con Cesar Rincón, Sebastián Castella y Marco Pérez.
Toros de Juan Bernardo Caicedo.
Martes 30: José Arcila, Jesús Enrique Colombo y Luis David Adame.
Toros de Salento.