El Real Madrid cumplió con creces el cometido que tenía por delante al ganar este miércoles al Nápoles (4-2), lo que asegura a los hombres de Carlo Ancelotti el liderato del grupo C de Liga de Campeones y con ello un sorteo ‘a priori’ más benigno para octavos de final.
A falta de una fecha para que se cierre la fase de grupos de la máxima competición europea, el 14 veces campeón de la Orejona suma 15 puntos merced a sus cinco victorias en otros tantos partidos de una llave en la que el Nápoles de Walter Mazzarri (2º, 7 puntos) necesita aún un empate en la última fecha en el estadio Diego Maradona ante el Braga, que empató 1-1 con el Unión Berlín este miércoles.
En un Bernabéu con un excepcional aspecto para el último partido de Champions del año sobre su césped, el argentino Gio Simeone, hijo del entrenador del Atlético de Madrid Diego Simeone, puso por delante a los napolitanos (9).
No tardó en reaccionar el conjunto blanco. El delantero brasileño Rodrygo situó el balón en la escuadra para volver a equilibrar la balanza (11).
En un primer cuarto de partido frenético, el astro inglés Jude Bellingham consumó la remontada de los blancos rematando de cabeza un centro milimétrico de David Alaba (22), y aunque los locales gozaron de innumerables ocasiones, sobre todo por medio de un desafortunado de cara a puerta Joselu, el gol del camerunés Zambo Anguissa tras fusilar a Lunin con un derechazo casi sin ángulo (47) ponía una igualada en el marcador que satisfacía los objetivos de ambos equipos.
Hasta que saltó al césped el joven argentino Nico Paz, que no resignó al reparto de puntos, y probó un disparo lejano que terminó besando las redes con la colaboración involuntaria del arquero visitante.
Ya en el tiempo añadido, Joselu se hizo perdonar sus errores previos de cara a puerta al empujar a la red un centro de Bellingham (90+4).