El 28 de noviembre de 2016 quedó marcado como una fecha de dolor y desconcierto para el fútbol internacional. Aquella noche, el avión en el que viajaba el Chapecoense rumbo a Medellín, para disputar la final de la Copa Sudamericana, se estrelló en una zona montañosa de La Unión.

De las 77 personas a bordo, solo seis sobrevivieron. Entre ellas, tres jugadores cuyos nombres quedaron ligados para siempre a una historia que sigue conmoviendo, Alan Ruschel, Jackson Follmann y Helio Neto.

Neto, ex jugador de Chapecoense, mira en silencio el sitio del accidente aéreo que cobró la vida de 71 personas en 2016 | Foto: AFP or licensors

Con el paso de los años, su vida tomó rumbos distintos, pero todos conservan una misma premisa, la tragedia transformó para siempre su manera de ver el mundo y su relación con el deporte que amaron desde niños.

Ruschel, hoy jugador del Juventude en Brasil, encarna uno de los retornos más simbólicos del fútbol reciente. Después del accidente, llegó a un hospital con lesiones graves en la columna, el abdomen y las piernas.

Su recuperación, que parecía improbable, tomó un giro inesperado cuando regresó a las canchas en 2017 durante el Trofeo Joan Gamper, en Barcelona. Allí recibió un homenaje que dio la vuelta al mundo.

El lateral recuerda con claridad los minutos previos al impacto. En entrevistas ha contado que la aeronave perdió iluminación y quedó en silencio total antes de la turbulencia final.

Alan Ruschel. | Foto: Tomada de redes sociales

También ha relatado que un cambio de asiento, casi casual, terminó salvándole la vida. Hoy, con 36 años, continúa en actividad profesional y afirma que su mayor motivación es aprovechar la segunda oportunidad que le dio el destino.

La historia de Follmann, exportero del Chapecoense, está marcada por la resiliencia. La amputación de su pierna derecha lo obligó a despedirse del fútbol a los 24 años. Tras la rehabilitación, inició un proceso personal profundo para redefinir su identidad lejos de las canchas.

Se convirtió en conferencista, comentarista deportivo y, en 2024, sorprendió al público con una faceta que siempre había guardado, la música. De acuerdo con él, cantar fue su sueño de infancia y, aunque llegó de manera inesperada, hoy es su nueva plataforma para conectar con otras personas y compartir su mensaje de fortaleza.

Neto fue el último jugador rescatado entre los escombros. Su estado crítico requirió múltiples cirugías y una rehabilitación prolongada. Aunque intentó reincorporarse al fútbol profesional, solo alcanzó a disputar algunos partidos amistosos. Su cuerpo no volvió a responder como antes.

El defensa ha contado que tenía un mal presentimiento el día del viaje y que incluso le escribió a su esposa para que orara por él.