A finales de septiembre o comienzos de octubre, Cali se convertirá en la primera ciudad latinoamericana con clúster deportivo, lo que dinamizará su economía a través de unas nueve mil empresas.

La afirmación la hace el secretario del Deporte y la Recreación, Carlos Diago, quien precisa, además, que dentro de ese modelo que asocia empresas afines habrá un centro de negocios con 46 oficinas en el estadio Pascual Guerrero.

El País habló con el funcionario, quien explicó detalles de la iniciativa y se refirió también al regreso de los hinchas al estadio, la implementación de la tecnología para individualizar y castigar a los violentos, los Juegos Panamericanos Junior que se avecinan, la utilización de los escenarios de la ciudad y las inundaciones en el Coliseo El Pueblo.

¿De qué se trata el programa Cali Ciudad Deportiva?

Es un modelo para movilizar la economía y la transformación social, ya que el deporte tiene esa dinámica de ser transversal.

¿Cómo se verá eso reflejado en la práctica?

El modelo tiene cinco componentes: la industria del deporte, la infraestructura, el fomento, la investigación y la tecnología, y los eventos barriales.

¿Cómo se beneficiaría la gente del común?

El deporte es uno de los movilizadores más importantes del mundo. Este año vamos a instalar el clúster del deporte, que sería el primero en Latinoamérica. En el mundo hay 28 países con este modelo, como lo tienen Estados Unidos y Canadá. Y con ello queremos reactivar la economía de la ciudad, ya que hay nueve mil empresas relacionadas con el deporte que generan más de seis billones de pesos al año.

¿Cómo poner en práctica ese clúster?

Vamos a generar una política pública con beneficios tributarios para las nueve mil empresas, que cobije entidades de medicina deportiva, implementación, recreación, infraestructura, tecnología, suplementos, alimentación, apuestas, hasta la misma cultura. Y vamos a tener dentro del clúster, además, un centro de negocios.

¿De qué se trata ese centro de negocios?

Se trata de 46 empresas que estarán ubicadas dentro del estadio Pascual Guerrero, en la tribuna Oriental. Lo que buscamos es que las personas accedan a cualquier servicio del deporte en el estadio, más allá de ir a ver fútbol. Esto hará que el Pascual sea polifuncional, que no se abra solo una o dos veces a la semana, sino todos los días, de tal manera que sea un escenario autosostenible.

Las empresas estarán donde iban a funcionar los palcos que no entregó la primera administración del alcalde Ospina…

Inicialmente, hace ocho años, estarían funcionando allí los palcos; ahora, la estrategia del Alcalde es tener allí oficinas para que el estadio cobre vida a diario y la gente pueda adquirir un servicio. Esto genera un polo de desarrollo en el barrio San Fernando y un punto de referencia en Cali.

¿Cuándo estará activo el centro de negocios?

Finalizando septiembre o comenzando octubre pensamos tener ya instalado el clúster del deporte. Ya hay varias empresas que han hecho la solicitud. La idea es que estas empresas brinden servicios, no les vamos a alquilar a particulares. El mantenimiento anual del estadio cuesta alrededor de 2500 millones de pesos y la intención es generar unos cuatro mil millones; por lo tanto, habría ingresos, es una inversión.

¿Por qué se incumplió con la fecha pactada para la entrega de la iluminación, que era previa a la fallida Copa América en Colombia?

Por la misma razón que no hubo Copa América. El paro frenó la llegada de los suministros, los proveedores estaban atemorizados y no quisieron correr riesgos por el tema de orden público.

¿Están listos los escenarios de Cali para el recibimiento de los Juegos Panamericanos Junior en noviembre?
Venimos trabajando de manera articulada con el Ministerio del Deporte, Indervalle y el Comité Olímpico, para tener las adecuaciones y la parte logística de los escenarios en orden. En octubre estará todo en óptimas condiciones.

Volvió la gente a los estadios, ¿para cuándo se habrá normalizado totalmente el regreso de los hinchas?

El 7 de agosto iniciamos con 6700 espectadores en el Pascual. En ese momento Cali tenía ocupación del 83 % de las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos). La idea es ir bajando los riesgos para, así mismo, aumentar el aforo en el estadio.

¿Cuál es su posición frente a la violencia de las barras bravas?

No hay que generalizar, no podemos por unas pocas personas juzgar a todos los aficionados al fútbol, tenemos que comenzar a generar más controles dentro y fuera de los estadios, como el uso del reconocimiento facial, que queremos implementar en Cali. Hay que individualizar a los violentos y aplicarles penas verdaderas que castiguen a los responsables y frene a quienes planeen cualquier acto.

Cali tiene una buena infraestructura de escenarios, pero no hay actividad en muchos de ellos…

Los escenarios de alto rendimiento tienen una función específica dentro del ciclo olímpico, pero desde el año pasado hemos querido mantener actividad en ellos con la Selección Cali de todos los deportistas. Lamentablemente la pandemia nos afectó, pero ya tenemos 28 monitores activos, habrá otros 30, para tener los escenarios repletos de deportistas.

Un escenario que preocupa es el Coliseo El Pueblo, que se inunda cada que llueve…

Este escenario tiene un problema de nivelación, está en una parte muy baja, ni siquiera acorde con el nivel del río Cañaveralejo, pero la última vez que se inundó fuimos con un equipo técnico y sacamos un motor que había dentro de los canales, y desde entonces no se ha vuelto a inundar. Es probable que ya haya sido solucionado el problema. De todas maneras, estamos haciendo estudios y diseños para cambiar un sistema obsoleto que data de 1968.