Todo estaba dado para que Colombia y Perú definieran el tercer puesto de la Copa América desde el punto penal.

El partido estaba 2-2 y el reloj marcaba 92:30... es decir, se jugaba ya tiempo de adición. El árbitro había dado 3.

Pero nadie contaba con el zapatazo del guajiro Luis Díaz. Recibió un balón por izquierda, hizo una diagonal, se acercó al área y sacó un derechazo imparable que selló el triunfo de Colombia.

Fue una obra de arte que consagró a Díaz y a la Selección en la Copa América.