Muchas son las personas que recién empiezan a cocinar y deciden que lo primero que quieren preparar es una pasta. Algunos se deciden por este alimento porque consideran que es muy fácil de hacerlo, pero con lo que muchos no cuentan es con que esta preparación también tiene su técnica.

Uno de los malos ratos que se pueden presentar al preparar pasta es que esta termine pegada en la olla.

Tenga en cuenta que así sea un fetuccini, espagueti o coditos, deben verse apetitosos en los platos y llamar la atención de los comensales.

Por eso, para que quede perfecta, solo debe tener en cuenta los siguientes pasos:

No retire el almidón

El almidón es el que se encarga de que la salsa se adhiera bien al alimento, por eso no se debe retirar lavando la pasta en el escurridor. Más bien, use el escurridor solamente para quitar el agua de la cocción.

La salsa debe estar lista

La salsa debe estar preparada antes de que la pasta termine de cocinarse. La idea es que pueda mezclarla de inmediato y evitar que se pegue al sacarla de la olla.

El agua debe estar hirviendo

Para cocerla, debe ponerla en el agua cuando esté hirviendo. Hágalo de manera lenta, para que no se enfríe el agua, y deje de hervir.

Remueva

Esto es básico para que las pastas no se peguen.

Errores que se cometen

Poca agua

Si cuece pasta en una cantidad insuficiente de agua, se va a pegar. Los italianos requieren de 1 litro de agua por cada 100g de pasta. Con la cantidad suficiente, logrará que quede más suelta y se pegue menos entre sí.

Aceite para el agua de la cocción

Para evitar que la pasta se pegue, basta con removerla de vez en cuando, con una cuchara de madera. Debe añadir también aceite, lo que servirá como lubricante, pero cuidado con el exceso.

Poca sal

Añada poca sal a la pasta, la cual absorberá una mínima parte. Los especialistas mencionan que el exceso de sal se quedará en el agua de la cocción, por lo que no debe preocuparse.

El portal Cocina Fácil menciona que tampoco es necesario que el agua quede excesivamente salada, por lo que una cucharadita rasa de sal por cada litro de agua es suficiente.

Cuidado con el exceso de sal. | Foto: Getty Images

Cocinar la pasta en exceso

Lo mejor es dejar la pasta «al dente», la cual será menos pesada para la digestión y hará que su índice glucémico sea menor.

Remojarla una vez cocida

La pasta no se va a cocer por su propio calor, una vez esté fuera del agua. Lo que sí logrará, si la remoja con agua, es quitarle mucho sabor, además del almidón.

La pasta es un alimento con fibra. Acompañarla con una buena salsa es ideal. | Foto: Getty Images

Un truco con el agua de la cocción

Reservar un poco del agua de la cocción, una vez la pasta esté hecha, es un buen truco. Cuando mezcle la pasta y la salsa, lo cual solo se debe realizar cuando ya esté en una sartén, y sin quitar del fuego, es añadir un poco del caldo de la cocción.

Dicho caldo, según lo menciona un artículo del portal Cocina Casera y Fácil, logrará potenciar en gran medida los sabores, además de que la salsa pueda llegar a quedar mucho más cremosa.

Claro está que este truco solo servirá si la propia salsa no ha quedado muy aguada, pues en caso contrario quedará como una sopa de pasta y no como una salsa.

Tenga presente que este caldo irá cargado de sal, por lo que se recomienda no incorporar demasiada cantidad a la salsa mientras se esté elaborando.

No cometa errores a la hora de preparar la pasta. | Foto: Getty Images