Asahí es desde hace siete años los ojos de Luisa Moreno, de 34 años. No en vano la bautizó con ese nombre japonés que significa “el sol de la mañana”. Esta golden retriever la acompaña desde hace 7 años y en junio cumplirá 9 de vida.

“Ella no solo es una compañía incondicional, es una parte de mi cuerpo, mis ojos. Cuida mis pasos. Cuando me guía, para indicarme que pasa algo o que tenemos un obstáculo frente a nosotras, se detiene y no pasa por más que yo le diga que lo haga. Si definitivamente no podemos pasar, busca la manera de tomar otro camino, nunca me cruza por el peligro cuando sabe que podemos correr riesgos”, cuenta Luisa, quien quedó ciega a los 12 años, a causa de una rosácea ocular.

Y es que un perro guía también está entrenado y capacitado para desobedecer una orden de su amo cuando la ejecución de esta implique un peligro inminente para su integridad física como, un vehículo que se aproxima en un cruce de calle, un hueco o un abismo.

Cuenta Luisa que Asahí la ayuda a desplazarse por la ciudad de manera segura, que gracias a su compañía ella puede estudiar, trabajar —maneja la biblioteca virtual Inci y estudia trabajo social—, pasear, hacer compras, tener una vida autónoma e independiente.

Desde que Asahí llegó a su vida, la cambió por completo. “Gracias a la entrega, dedicación y amor con que guía mis pasos, de manera incondicional, me siento segura al caminar. No solo salva mi vida a cada instante, cada que llego a mi destino sin tener ningún percance o accidente, además me hace absolutamente feliz. Su compromiso es tan grande, que se empeña por hacer su labor excelente”. Su relación se basa en el amor y la confianza. “Me guía con amor y yo confío totalmente en ella, me hace sentir que a su lado no me pasará nada”.

Lea también: “Sin fracaso no tenemos éxito en la vida”: Regina Carrot, influencer y escritora

Según Carlos Parra Dussán, director del Instituto Nacional para Ciegos, Inci, “hay razas de perros especiales para cumplir esta tarea: el labrador retriever es uno de los predilectos por su sociabilidad y adaptación al medio, su carácter apacible y poco alocado, al ser castrado desde pequeño; el golden retriever posee una gran inteligencia e iniciativa y el pastor alemán es además de inteligente, muy dinámico pero sobre todo tiene una alta capacidad de decisión y de resolución de conflictos”.

Para que Asahí pudiera ser apta para ser lazarilla de Luisa, fue entrenada durante un año y dos meses, desde los ocho meses de vida, en una escuela especializada a las afueras de Bogotá, para que lograra desarrollar las habilidades de un perro de asistencia. Y Luisa recibió durante un mes un empalme con Asahí, para conocer los gestos corporales que esta hace cuando advierte el peligro, como mover su cadera hacia la izquierda si ve un obstáculo (cada perro tiene su manera de expresarse, otros caminan más despacio). Aunque la misión de estas “ayudas vivas”, es guiar a la persona a desplazarse de forma segura a través de obstáculos, bordes y barreras, de paso le brinda confianza, independencia y seguridad y mejora su salud física, al acompañarla a hacer ejercicio, como caminar o correr.

Los perros guía se convierten en grandes amigos de sus compañeros humanos. Les reducen el estrés que implica “estar bastoniando entre vendedores, bolardos y aceras rotas. La forma de guiar un perro a un ciego es más estética y rápida, la persona no tiene contacto con los obstáculos, como ocurre con el bastón y no necesita chocarse para reconocer la barrera, es el animal quien esquiva el peligro. Juntos hacen equipo, tienen rutinas y aprenden a conocer mutuamente sus estados de ánimo y al ir a sitios donde los perros guías tienen acceso, entablan amistades”, dice Parra.

“En Colombia”, explica él, “hay normas que permiten el ingreso de los perros guías a establecimientos públicos y privados, y a servicios de transporte público, como: el Decreto 1660 de 2003 de Mintransporte y las leyes 1346 de 2009 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Ley Estatutaria 1618 de 2013, Ley 1752 de 2015 y la Ley 1801 de 2016 del Código Nacional de Policía. El Inci trabaja en la formulación del Proyecto de Ley que le daría piso jurídico al uso de los caninos en la vida de personas ciegas o con baja visión”.

En datos

Hoy a las 3:00 p.m., por Facebook Live del INCI Colombia o la emisora INCIRadio www.inci.gov.co/inciradio se hablará de la importancia de los perros lazarillos para las personas ciegas y con baja visión.

Para que un canino sea reconocido como perro guía (no es mascota), debe tener certificado de entrenamiento, un proceso donde la madurez y experiencia de la unidad funcional (perro-adiestrador) aportan un componente fundamental en el éxito. El perro guía certificado debe portar un arnés especial y el usuario, hacer uso de un carnet que lo acredite como portador del perro lazarillo. El canino siempre debe estar junto a la persona ciega, en viajes no utiliza guacal y en hoteles deberá dormir en la habitación de su usuario.