La historia de amor que físicamente selló la criminalidad en la mañana de este lunes 11 de agosto, inició durante la candidatura de Miguel Uribe al Concejo de Bogotá, en el 2011.
Fue gracias a que una amiga en común los presentó en medio de las elecciones regionales de entonces que María Claudia, madre de tres hijas, llegó a acompañar a un Miguel que, con apenas 25 años de edad, daba sus primeros pasos en la política.
Su experiencia en cooperación internacional y en el desarrollo de proyectos sociales llegó para fortalecer su campaña, pero en medio de las correrías por la capital del país surgió un amor al que poco importó que ella fuese once años mayor.
Tres años después, Miguel y María Claudia se casaron en medio de una ceremonia sencilla realizada en el Country Club de Bogotá, donde hubo varias personalidades de la vida política nacional como los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe Vélez.
Antes de que naciera el hijo de la pareja, Alejandro Uribe Tarazona, Miguel se había convertido en un padre dedicado y comprometido con las hijas que tenía María Claudia de una relación anterior, a las que se refería como “mis hijas del corazón”.
“Miguel entró a la vida de mis hijas con respeto y sin imponerse”, aseguró María Claudia durante una entrevista en la que hizo referencia a la manera como se fortaleció su relación.
En referencia a esta misma situación, el fallecido exprecandidato presidencial aseguró que la paternidad que asumió desde que inició su relación con María Claudia y luego con el nacimiento de su unigénito Alejandro, le cambió la vida.
“Me volví más paciente y aprendí que ser papá no es solo dar consejos, sino escuchar”, declaró meses atrás Miguel Uribe.
En medio de ese amor fue creciendo políticamente Miguel Uribe y los focos se centraron en su relación, aunque siempre quisieron mantener una relación familiar apartada de la vida pública.