Óscar Riaño denunció por redes sociales haber sido víctima de un robo, junto a otros jóvenes, en una finca alquilada a través de la plataforma Airbnb en Melgar, Tolima, durante la madrugada del pasado 14 de septiembre.
Según relató, hacia las 2:30 a. m. Riaño se levantó y fue a la cocina porque tenía sed y ahí se encontró de frente con un intruso, el cual estaba armado con un cuchillo, y de repente atacó a la víctima con un empujón.
En medio del forcejeo apareció otro hombre armado, por lo que el joven huyó del sitio y se refugió en una habitación, avisándole a sus amigos sobre lo que sucedió. No obstante, los criminales huyeron de la vivienda rápidamente.
"En ese momento yo alerto al resto de mis compañeros, nos despertamos todos, decidimos, digamos que no ir detrás de ellos, sobre todo porque eran tipos que estaban armados. En ese momento nos damos cuenta de que mucha de las pertenencias que teníamos habían sido hurtadas", narró.
Según informó, los delincuentes sustrajeron equipos de alto valor, entre ellos consolas para DJ, computadores y celulares, con pérdidas que superarían los 60 millones de pesos.
“Obviamente, el tema económico es importante; sin embargo, fue muy traumático el momento para nosotros, pues quedamos en shock, no pudimos defendernos, como les digo, son tipos que estaban armados y a raíz de eso empezamos a ver muchas cosas que estaban mal con la finca”, señaló.
El joven cuestionó tanto la falta de medidas de seguridad de la vivienda como la respuesta de las autoridades y del anfitrión, indicando que el número de emergencias tardó en responder, y que personal de seguridad privada del condominio habría demorado el ingreso de la Policía.
“Un amigo trata de ir hacia la portería del lugar, de alertar a los porteros, ellos les dicen que no han visto salir a nadie con los objetos, que nada ha pasado, después de eso llega la policía, los de seguridad no los dejan entrar al condominio, (...), que también nos parece muy sospechoso esa actitud del equipo de seguridad de no dejar entrar al tema de la policía", afirmó el joven.
Además, señaló que el anfitrión se demoró cerca de una hora en responder y que, en lugar de reconocer el hecho, los responsabilizó al afirmar que las puertas quedaron abiertas.
Asimismo, el denunciante sostiene que la finca no contaba con cerraduras seguras y que algunas habitaciones no tenían puertas. “Realmente estuvimos expuestos, los tipos estuvieron más o menos 20 minutos dentro de la casa”.
Incluso, al revisar reseñas en plataformas digitales, encontraron otro reporte previo de hurto en la misma propiedad.