La oenegé Human Rights Watch (HRW) presentó este miércoles un informe sobre el accionar de algunos miembros de la fuerza pública durante los problemas de orden público del paro en Colombia.

El gobierno "debería tomar medidas urgentes para proteger los derechos humanos e iniciar una reforma policial profunda para garantizar que los agentes respeten el derecho de reunión pacífica y los responsables de abusos sean llevados ante la justicia", indicó HRW en un informe sobre los excesos de los uniformados  presentado este miércoles al presidente Iván Duque.

Las agresiones "no son incidentes aislados de agentes indisciplinados, sino el resultado de fallas estructurales profundas", añadió el reporte.

El director para las Américas de la oenegé, José Miguel Vivanco, aseguró en una rueda de prensa virtual haber recibido "denuncias creíbles" de 34 muertes en el contexto de las manifestaciones, de las cuales 20 ocurrieron, al parecer, a manos de policías, entre ellas 16 por balas dirigidas a "órganos vitales".

HRW aplaudió la iniciativa de Duque de reformar el cuerpo policial, pero consideró que algunas medidas son "cosméticas" al no apuntar a una transformación de fondo.

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La organización recomendó transferir la policía del Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior o a un nuevo Ministerio de Seguridad, como ocurre en los demás países de América Latina.

"La policía sigue actuando con una cultura de conflicto armado, con una doctrina del enemigo interno, con unos procedimientos que no son precisamente de cercanía con la ciudadanía", explicó Vivanco.

Para el director regional de HRW, Duque ha sido "lento y no ha estado a la altura de la necesidad de condenar en términos inequívocos las violaciones gravísimas de los derechos humanos" por parte de uniformados.

Insistir en que se trata de "manzanas podridas" es "un error" y un "esfuerzo por minimizar" que "no ayuda a promover una reforma de fondo" en la fuerza pública, subrayó Vivanco.

También pidió aportar pruebas sobre la responsabilidad de las disidencias de las FARC y la guerrilla del ELN en los desmanes, pues esta afirmación del gobierno genera "más rabia en aquellos que protestan", los "estigmatiza" y envía "un mensaje equivocado" a la fuerza pública según el cual estarían "enfrentando a un enemigo peligroso".

Con un conflicto armado de más de medio siglo, Colombia enfrenta un movimiento inédito de protesta compuesto en su mayoría por jóvenes que exigen un cambio de rumbo al gobierno, una reforma de la policía y un Estado más solidario para lidiar con los estragos económicos de la pandemia, que elevó la pobreza del 37% al 42% de la población.