Tras romper las negociaciones con Fecode, la ministra de Educación, Gina Parody, insiste en que propuestas económicas ofrecidas a docentes “son generosas”.

Solo hasta  que los más de nueve millones de niños que permanecen sin clases  por cuenta del paro de maestros  regresen a las aulas,   el Gobierno  se sentará a negociar de nuevo con  la  Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fecode.

La ministra de Educación, Gina Parody, insistió, como lo ha hecho desde el pasado 22 de abril, fecha en que comenzó el cese de actividades en colegios oficiales del país, que hay voluntad de diálogo, pero que la educación es un derecho fundamental que se debe respetar.

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 En  medio de la incertidumbre por un paro que se mantiene  indefinido y ante la expectativa por la gran movilización que Fecode liderará mañana en Bogotá con participación de maestros de toda Colombia, Parody reiteró a El País que el gobierno ha sido generoso con sus propuestas, incluso la de aumentar los salarios de los docentes gradualmente en un 10 % durante los próximos cuatro años.

Una de las discusiones que suscitó el paro es la condición salarial de los docentes. Usted ha dicho que un maestro se está ganando en promedio $2.500.000, pero ellos difieren con eso. Dicen que los normalistas están entrando al sistema en $1.100.000 y algunos que tienen maestrías, doctorados y especializaciones no pasan de $1.600.000...

Yo creo que hay un consenso en que los maestros deben recibir más ingresos. Este es un gobierno que por primera vez pone en el centro de todas las políticas a la educación. Y al hacer esto, se pone en el centro a los maestros, como el corazón de ella.

Se propuso que en el 2014 hubiera un aumento  de un punto en la nómina y se cumplió; que este año se aumentara otro punto, que existiera un bono prestacional de 15 días que no tenían los maestros, también se cumplió.

Eso les cuesta a todos los colombianos un billón de pesos. Propusimos que a los docentes que están en el último año de prestación de servicios les hiciéramos una bonificación, pero dijeron que no.

En esa mesa dimos todas respuestas generosas  en el tema que más le importa a Fecode, que es la plata.

¿Por qué el Gobierno propone un aumento de  10 %, diferido a cuatro años, ligado a una reforma constitucional, y no acoge el 28 % que ellos piden?

El mismo Presidente de Fecode me propuso que hiciéramos una reforma constitucional, que se requeriría para el año entrante, en la que se planteara comenzar a hacer incrementos graduales. Fue una propuesta acogida directamente por mí. 

Plata adicional no la tenemos, no existen más recursos en el presupuesto de la que se tiene y ya está destinada.

Tendríamos que hacer una propuesta en contra de los recursos de gratuidad y eso no se puede, eso fue un gran avance del presidente Santos.

¿Usted cree que ese 10 %, que sería   adicional al incremento normal que reciben, cumple con lo que demandan los maestros que están en paro?

Los maestros y las maestras de Colombia son conscientes de que necesitamos hablar de plata y al mismo tiempo de calidad.

Le pregunto de nuevo. Si los maestros se están quejando de malos sueldos, ¿con ese 10 % el Gobierno considera que se soluciona ese problema?

Pues el aumento del 10 % para los maestros es una propuesta  generosa, creo que en el país no hay ningún otro sector que pueda recibir un incremento así.  

Además, creo que hay que  atar lo de los mayores ingresos al tema de la calidad y esa tiene que ser la discusión. Hoy tenemos el 50 % de los niños en tercero de primaria que no comprenden lo que leen en un párrafo.

El 80 % de los niños de noveno grado no saben sacar un promedio. Entonces, la discusión tiene que ser lograr más ingresos al sistema para más educación para nuestros niños.

Si la propuesta es generosa como usted dice ¿Por qué cree que Fecode se paró de la mesa luego de  más de 50 días de negociación?

Esa es la pregunta que todos nos hacemos. De todas maneras, vamos a comenzar  un sistema de incentivos y estímulos para aquellos maestros que mejoren la calidad en sus colegios. ¿Eso   qué significa? que los docentes que cumplan con ese mejoramiento podrán  recibir una vez al año hasta el equivalente de un salario adicional. En plata blanca, eso es un incremento del 7,5 %. Ya  estamos trabajando en eso, independientemente de la negociación.

¿Usted cree que Fecode está abusando en sus peticiones?

En Colombia tenemos derecho a la protesta pero hay derechos fundamentales como el derecho a la educación.

Dicen algunos maestros que para acabar con  esas desigualdades salariales y de ascensos entre unos y otros, el gobierno debería pensar en unificar las condiciones en un solo estatuto (Hoy los maestros están cobijados por dos:  el 2277 de 1979 y el 1278 de 2002). ¿Lo ve viable?

Seguramente lo que Colombia necesita es una gran reforma del sistema educativo en donde prime la calidad.

El otro tema álgido es el de la evaluación de la calidad para los docentes. ¿En qué no logran ponerse de acuerdo?

Las directivas de Fecode quieren que se acabe la evaluación y eso es una concesión que el país no puede hacer y menos si estamos pensando en calidad. Lo que sí dijimos es que podíamos acabar con la evaluación escrita y propusimos un nuevo modelo de evaluación, pero dijeron que no.

¿Cómo sería esa nueva evaluación?

No es una prueba en la que el maestro va y la presenta en un día y define su futuro. Sino una evaluación, que se denomina técnicamente, de 360 grados, donde se involucra a los estudiantes, los resultados de los colegios, padres de familia y sobre todo, que se haría directamente en el aula de clase. Esa es una evaluación que podríamos aplicar muy pronto.

Los maestros insisten en que la evaluación que se les está aplicando es para ‘rajarlos’ y que fomenta que los docentes se estanquen en el ascenso. Dicen que solo el 20 % de quienes han presentado la prueba han logrado pasar...

Las evaluaciones generan un sentimiento natural de rechazo y resistencia, sin embargo sé que nuestros profesores, al igual que el Gobierno, le apuestan a la excelencia, de eso no me queda duda. Necesitamos mejorar la calidad de la educación y la evaluación es una herramienta de mejoramiento.

“Colombia no se puede dar el lujo de no evaluar a sus docentes. Es un sistema en donde todavía tenemos un déficit grande en calidad”.

¿Qué decir sobre las quejas en la atención en salud? Demoras en la atención, barreras en tratamientos de alto costo, son algunos de esos problemas para los  que los docentes  han pedido solución...

El Gobierno, todos los colombianos,  pagan 50 % más en la UPC de los maestros para que puedan tener un régimen privilegiado y excepcional. Eso es lo que se dice en el papel, pero en la realidad no ocurre, es un sistema deficiente.  

Lo que ha venido pasando es que las mismas EPS se han ganado esa licitación por años y hay temas de corrupción profundos. Como Gobierno, que no es el que presta ese servicio, estamos dispuestos a ayudar con  todas las herramientas técnicas, administrativas, para que los mismos no se sigan ganando esas licitaciones.

¿Bajo qué condiciones se vuelve a sentar con Fecode en una mesa de negociación?

Estamos dispuestos a negociar,  pero con los niños en las clases. Eso es lo que están reclamando todos los padres de familia del país. Es que hay papás que me han dicho que pueden perder el trabajo porque les está tocando quedarse en la casa con los niños. Entonces, por favor, hay que ser conscientes de los derechos en Colombia, del derecho primordial que es el de la educación.

A los docentes no les gustó que en el primer día del paro  usted saliera a decirles que no les iban a pagar por participar. Algunos calificaron el  pronunciamiento como  arrogante. ¿No cree que su respuesta calentó los ánimos y levantó más tensiones entre el Gobierno y los maestros?   

Hay una directiva de la Contraloría que le prohibe al Estado pagarles a los funcionarios públicos por días no trabajados, de hacerlo podríamos incurrir en un detrimento patrimonial.  

Precisamente, esta semana el contralor Edgardo Maya advirtió que los entes que tienen la responsabilidad de pagar deben abstenerse de hacerlo a quien no hayan prestado el servicio.

Nosotros respetamos el derecho constitucional a la huelga, pero este derecho no puede afectar el sagrado derecho de nuestros niños, niñas y jóvenes a la educación.

¿Cómo enfrentar la desconfianza que el magisterio ha tenido en el Gobierno históricamente? ¿Esta vez  habrá cambios visibles y no ‘paños de agua tibia’ como dicen los que protestan?

La apuesta de este gobierno por la educación de calidad es real, no son paños de agua tibia. Por primera vez el Estado destina un mayor presupuesto para la educación que para la guerra y así lo evidencia el Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018 que asigna $136.5 billones para educación y $93.7 billones para seguridad y defensa.

Un mayor presupuesto nos va a permitir construir más y mejores aulas, sacar a más colombianos del analfabetismo, asegurar que más niños estudien en jornada única y lograr que nuestros jóvenes accedan a la educación superior con calidad.