El anuncio del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, sobre un bombardeo al Clan del Golfo en el norte de Antioquia generó una ola de dudas y contradicciones. Lo que el Gobierno presentó como un golpe estratégico contra una de las principales estructuras criminales del país terminó envuelto en confusión sobre el lugar exacto de los hechos y la cantidad de víctimas.
El 10 de julio, Sánchez informó que “en zona rural de Valdivia” se había desarrollado “una operación aérea de alta precisión contra integrantes del Clan del Golfo”. Según el funcionario, el ataque habría dejado entre 30 y 40 presuntos integrantes de la organización muertos. Sin embargo, ningún cuerpo fue presentado y los reportes oficiales permanecen incompletos.
El alcalde de Valdivia, Carlos Molina, desmintió públicamente que su municipio hubiese sido escenario del bombardeo. “No se ha evidenciado nada en nuestro territorio. Se habla de una zona de Briceño, pero podemos dar fe de que en Valdivia no hubo ningún ataque”, aseguró el mandatario, pidiendo prudencia para evitar alarmas innecesarias.
Días después, el secretario de Seguridad de Antioquia, general (r) Luis Eduardo Ramírez, confirmó a Blu Radio que la operación sí ocurrió, pero en Briceño, en la vereda El Cedral. Según explicó, el bombardeo “causó desprendimiento de tierra” y podría haber cuerpos bajo los escombros. “El Ejército está consolidando la zona para establecer el número de bajas”, añadió.
Mientras el ministro insistía en que el operativo formaba parte de los planes Ayacucho y Democracia, el alcalde de Briceño, Noé Espinosa, relató que los habitantes escucharon explosiones y vieron helicópteros sobrevolando la zona el 8 de julio. “Sí hubo bombardeo, pero no sabemos cuántos muertos. La información fue muy acelerada”, dijo.
Las comunidades rurales afectadas siguen sin respuestas. En los potreros y caminos de El Cedral, vecinos reportaron restos de munición, muros perforados y daños en casetas comunales. También circulan imágenes de un helicóptero militar evacuando un cuerpo envuelto en bolsas blancas.
Fuentes militares señalaron que el saldo real del operativo podría ser de una persona muerta y una herida, aunque esas cifras no han sido confirmadas oficialmente. Los desplazamientos en la zona se intensificaron después del ataque, especialmente en áreas donde el Clan del Golfo disputa el control del territorio con las disidencias del frente 36 de las Farc.
El propio ministro Sánchez sostuvo que los ataques “cumplen los principios del Derecho Internacional Humanitario” y que “no se han registrado daños colaterales”. No obstante, los habitantes de Briceño aseguran que el miedo persiste.