Concejales se quejan que no los atienden; en el Centro Administrativo Municipal CAM dicen que se acabó el cogobierno. En el Cabildo dicen que el problema es que hay compromisos adquiridos con las comunidades que no se han podido cumplir porque ni siquiera son recibidos por los secretarios.

A siete meses de haberse iniciado el actual periodo de gobierno, la ‘luna de miel’ que saboreaban la administración de Rodrigo Guerrero y el Concejo de Cali parece haber terminado.Mientras personas cercanas al Alcalde dicen que la tensión obedece a que los concejales están acostumbrados a que les den prebendas para respaldar la gestión de los gobernantes, en el Cabildo dicen que el problema es que hay compromisos adquiridos con las comunidades que no se han podido cumplir porque ni siquiera son recibidos por los secretarios.No obstante, analistas y politólogos coinciden en que esta era una confrontación anunciada porque el Concejo de Cali se acostumbró a cogobernar con el mandatario de turno y esa es una situación que de ninguna manera va a tolerar el alcalde Rodrigo Guerrero.Para Rosalía Correa, del Observatorio Cali Cómo Vamos, hay dos cosas que contribuyen a esta situación: “Primero, que los funcionarios del gobierno Guerrero son eminentemente tecnócratas y no tienen experiencia en el manejo de la política y, segundo, que ven a los concejales como corruptos que quieren manejar proyectos y burocracia y cuando los ven venir creen que vienen es a pedir puestos”.El politólogo Óscar Duque señaló que “si cuando uno se casa con una sola mujer la luna de miel se acaba rápido, cuando se casa con varias tiene que acabarse mucho más rápido”, para explicar que hubo una gran coalición en torno a Guerrero, “en la que todo mundo le apunta a intereses”.“Entonces tenemos a unos concejales pedigüeños, que es cierto, y a una Administración un poco altanera que no está dispuesta a negociar con ellos. Ahora, los concejales quieren acercarse, pero la Administración no lo facilita porque tenemos a un alcalde que es accesible, pero la Administración en su conjunto no lo es”, manifestó Duque.Coinciden los analistas en que la Administración local tiene la sartén por el mango porque un alcalde puede gobernar sin el Concejo, aunque reconocen que lo ideal es gobernar armónicamente.Las diferentes posicionesCuriosamente, y pese a las razones que esgrimen unos y otros, las partes involucradas, al menos de labios para afuera, manifiestan que las relaciones entre el Concejo y la Alcaldía son “excelentes”, o en el peor de los casos “normales”.La concejal Clementina Vélez aseguró que las relaciones con el alcalde Guerrero son “muy buenas”, pero aclaró, en una clara alusión al asesor Nelson Garcés, que la opinión pública “tiene derecho a saber que sí existen unas pésimas relaciones entre el Concejo de Cali y el alcalde que la ciudad tiene en la sombra”.“A la opinión pública hay que decirle la verdad. Y las dificultades están en no entender que el ejercicio del control político es la principal función del Concejo, que hacer control político no es sinónimo de oposición y que la mayoría de miembros del gabinete no tiene buena comunicación con el Concejo para cumplir los compromisos adquiridos con las comunidades desde la campaña”, dijo.En respuesta a las declaraciones de la concejal, el asesor de la Alcaldía Nelson Garcés le aseguró a El País que no es cierto que sea un alcalde en la sombra y que “uno no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo”.“Lógicamente, hay concejales a los que no les gusta Nelson Garcés, y ellos y yo sabemos muy bien por qué. Sin embargo, considero que las relaciones con el Concejo son normales. Lo que sí es cierto es que ya no hay luna de miel, sino viaje de bodas”, dijo Garcés, quien agregó que conoce el malestar de los concejales, pero que “en la medida en que se vayan acostumbrando al nuevo estilo de gobierno, van a entender que las cosas se están haciendo para bien de la ciudad”.Quienes saben del manejo político aseguran que hay cuatro formas de darle juego al Concejo: dando cuotas burocráticas, permitiendo la participación en la contratación, dando espacio para que participen en implementación de políticas públicas o cumpliéndole a las comunidades con compromisos de los concejales.Y de acuerdo con uno de los funcionarios de la Administración caleña, que pidió la reserva de su identidad, “Las dos primeras son las razones que tiene molesto a un grupo de concejales viejos en la corporación, que intenta presionar citando a debate a los secretarios de despacho”.Un teléfono rotoPese a las críticas hacia el Concejo, varios cabildantes han asegurado que desde la época de campaña se hicieron unos acuerdos con el Alcalde que no tienen nada qué ver con puestos, pero sí con la posibilidad de que realizar obras para el bienestar de sus barrios y comunas.El concejal Harvy Mosquera aseguró que el Cabildo está con toda disposición de trabajar de manera armónica con la Administración caleña, “pero nos preocupa cuando vamos a los barrios y las comunidades nos exigen gestión de parte nuestra y de la Administración”.“La Administración está anquilosada, todavía no despega y por eso no se ven los proyectos ni el desarrollo de la ciudad. Ese es un hecho que nos preocupa y es eso lo que le hemos reclamado insistentemente al Alcalde”, dijo Mosquera.El asesor político del Alcalde, José Luis Pérez, insistió, no obstante, en la necesidad de mantener las mejores relaciones entre la Alcaldía Municipal y el Concejo para bien de la ciudad y de los caleños.“Negarle esa presencia de ciudad a los cabildantes puede ser muy delicado porque es a través de ellos que se puede advertir las necesidades en los barrios y comunas”, dijo Pérez, quien aseguró que las relaciones entre ambos son muy buenas. “Creo que la aprobación por parte del Concejo del Plan de Desarrollo del gobierno del doctor Guerrero ha demostrado que juntos podemos hacer ciudad y que debemos trabajar todos por el desarrollo y el bienestar de Cali. Un distanciamiento, podría perjudicar no sólo a la ciudad, sino al Concejo y a la gestión del Alcalde”, señaló Pérez.El propio alcalde Guerrero también le bajó temperatura al debate y aseguró que las relaciones son muy buenas y que en su gobierno siempre va estar abierta la vía del diálogo con el Concejo.“Yo considero que las relaciones con el Concejo son excelentes, con respeto como debe ser. Son unas relaciones muy cordiales y productivas; y pongo como ejemplo el Plan de Desarrollo, donde el Concejo hizo grandes aportes y como alcalde me siento muy satisfecho con los resultados”, aseguró Guerrero.Al trasladarle las quejas de los concejales por la falta de atención de parte de algunos de los secretarios de despacho, aseguró que “ese sería un error nuestro en la Administración y estoy dispuesto a hablar con los secretarios para prestar mayor atención porque es a través de ellos que se manifiestan las comunidades”.No obstante, uno de los secretarios de despacho aseguró, bajo reserva de identidad, que es cierto que hay secretarios que no quieren ni pasarles al teléfono a algunos concejales, “porque varios de ellos se creen que son los ordenadores del gasto o quienes van a realizan la contratación de las obras”.