De 15 a 30 minutos es el tiempo que toma registrar un sismo y reportarlo al Sistema Nacional de Riesgos.

El Observatorio Sismológico del Sur Occidente, Osso, está cumpliendo 25 años de fundación. Esta corporación, que nació en 1987 y fue responsable del manejo de la red sísmica regional hasta el 2008, ahora se especializa en el monitoreo de las actividades sísmicas de las costas del país en caso de tsunamis. El Osso registró 24.657 eventos sísmicos mientras tuvo a su cargo esta tarea, que ahora está en manos de la Universidad del Valle. Entre ellos figura el de Puerto Pizarro, Chocó, cuya magnitud de 7,2 estremeció a Cali en 2004. Durante más de un cuarto de siglo de fenómenos naturales esta entidad ha trabajado por la mitigación de sus riesgos.Movimientos en el mar La corporación es famosa por su sistema de detección y alerta de tsunamis, que se encarga de evaluar y transmitir los mensajes que emite la Red Internacional de Alerta a tsunamis ubicada en Hawaii. Desde 1988 ha estado vigilando ambas costas marítimas nacionales, haciendo énfasis en el Pacífico “donde históricamente se han presentado la mayoría de tsunamis desastrosos”, dijo Hansjürgen Meyer, geofísico alemán y fundador del Osso. Cuando ocurrió el tsunami de Japón en 2011, “gracias al observatorio se evitaron reacciones sobresaltadas como las hubo en Ecuador y Chile, donde evacuaron sus costas innecesariamente”. afirmó Meyer. Actualmente adelantan trabajos de análisis y caracterización de amenazas sísmicas en quince poblaciones del Chocó, en especial Bahía Solano y Nuquí, para la Comisión Humanitaria Europea (Echo) y su proyecto Dipecho, cuyo principal interés está en determinar el riesgo al que están expuestos la comunidad infantil y las escuelas de esa zona. El catálogo de servicios que presta el observatorio para una adecuada gestión de riesgos en la región (Cauca, Nariño, Chocó y Valle) no solo es amplio sino que el inventario de pequeños y medianos desastres que compila desde 1994 es utilizado por más de 40 países como herramienta para medir los impactos de sus propias catástrofes. “Esa base de datos ha contribuido a mostrarles a los gobiernos que el acumulado de pérdidas de pequeños desastres que solamente son visibles a escala local es superior al conjunto de pérdidas de los mega desastres”, aseguró Andrés Velásquez, geofísico miembro del grupo fundador. Lo que hace tan particular la labor del Osso a lo largo de estos años es el concepto que maneja sobre gestión de riesgos y que, a criterio del geofísico, Hansjürgen Meyer, fue pionero durante la década del 80: los desastres naturales no existen. “Los desastres siempre ocurren porque el ser humano con sus ciudades se ha puesto en el camino de los fenómenos naturales”, dijo Meyer. “La buena noticia es que los riesgos de desastres son mitigables. Desarrollando una buena política a nivel regional y nacional podemos ser cada vez menos vulnerables”, aseguró el geofísico.