200 familias del corregimiento de La Buitrera tendrán que evacuar. En Siloé, Los Chorros, Alto Nápoles y Lleras Camargo también hubo emergencias.

Andrés corre de un lado para otro con las botas plásticas puestas. Está dichoso porque así se desliza fácil. Se ríe y llama a ‘Pacheco’, pero el perro sigue inmóvil, recostado a la única pared que quedó firme de la casa.Luz Emir Vidal, la madre del pequeño de 5 años, rescata de entre el barro un vaso plástico y la licuadora, lo único que quedó sirviendo tras el deslizamiento que en la madrugada del viernes casi les cobra la vida. Dice que su hijo no entiende de la muerte, por eso salta entre los escombros, mientras la montaña sigue llorando. La familia de seis integrantes y una mascota logró salir ilesa del derrumbe ocasionado por el represamiento de una cañada en el sector de la Florida, en el corregimiento de La Buitrera. El derrumbe se llevó la mitad de la casa.A Fabio Barona la montaña también se le tragó más de la mitad de la casa. Es la segunda vez que le pasa, hace diez años fue una borrasca de mayo en un sector de invasión de Alto Meléndez.Esta vez el susto fue grande. Dos de sus hijas quedaron atrapadas en el barro y las paredes de bahareque, pero logró sacarlas. Luego rescató la nevera donde ahora guardan algunas prendas de vestir que quedaron sirviendo; las camas, los armarios y los utensilios de cocina están bajo la montaña. Los muebles se mojaron con el agua lluvia.El hombre de repente rompe en llanto, dice que sólo hace unos días le dijo a su esposa que ahora sí estaban recuperados, pero el viernes “tanto esfuerzo se lo tragó la tierra”.En esta zona reconocida por la minería ilegal —según Luis Fabio Canoa— muchos no entienden de reforestación ni de medio ambiente. El guardabosques voluntario sostiene que “tenemos que aceptar silenciosos el castigo de la naturaleza porque estamos abusando mucho de ella”.Más abajo, también en La Buitrera, una guardería quedó sepultada. En seguida tres casas más corrieron con la misma suerte luego que varios árboles y un guadual fueran arrasados por la quebrada La Florida. Los vecinos, en situaciones menos críticas, salieron a dar auxilio a los damnificados.Los organismos de socorro pidieron ayer la evacuación inminente de la zona y unas 200 familias huyen sin rumbo, aunque el bloqueo de las vías les reduce las opciones de salida.En la vía que de Cali conduce al corregimiento hay cerca de diez derrumbes. Uno de ellos se llevó parte de la carretera en el tramo que va del sector Las Piedras a la vereda de La Reforma.Los habitantes de la parcelación Cantaclaro están desesperados. Los deslizamientos en la carretera los tienen completamente incomunicados, no tienen agua potable y tampoco energía. Julián Fernández grita desde el otro lado del derrumbe que dentro del conjunto hay tres deslizamientos.En la zona urbana de Cali la montaña también se desmorona. En Siloé, Lleras Camargo, Alto Nápoles y Los Chorros ayer se registraron doce derrumbes. Familias enteras se quedaron sin techo.María Josefa Angulo por poco y pierde a su hija de 12 años. Todos dormían en el momento en que un pedazo de Siloé cayó sobre su vivienda.Un vecino de María Josefa relata que la pequeña se aferra a la vida. “Estuvo enterrada casi una hora y media, pero una teja no dejó que le cayera barro en la cara, por eso se salvó”, sentencia.La niña, junto a sus dos hermanos y su madre, pasaron la tarde en el hospital de Siloé, pero las personas que viven al lado de la quebrada Guaros, en ese sector de Las Palmas de Siloé, continúan con incertidumbre. En el pedazo del barrio se vino abajo había una gradería que le permitía la movilidad a cuatro familias, ahora están sin salida y con el riesgo de que la montaña se siga resquebranjando con la llegada de un nuevo aguacero.