Funciona como un gran brazo que en vez de tomar el agua contaminada de la superficie del río Cauca, se estira hasta el fondo de este y toma el líquido ya filtrado.

Con esta metáfora explica el gerente general de Emcali, Gustavo Jaramillo, el proyecto de abastecimiento de agua para Cali, mediante la técnica de filtración en lecho de río (FLR), que el Municipio busca desarrollar para evitar los cortes de agua por la alta turbiedad del río Cauca.

Jaramillo fue uno de los funcionarios que viajó para conocer un proyecto modelo en el mundo, que maneja la empresa de acueducto de Louisville, estado de Kentucky, Estados Unidos.

La comisión iba liderada por el alcalde de Cali, Maurice Armitage, Viajaron además el gerente de Acueducto de Emcali, Francisco Burbano y los expertos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle, Luis Darío Sánchez, director del Instituto de Investigación y Desarrollo de Abastecimiento de Agua, Saneamiento Ambiental y Conservación del Recurso Hídrico (Cinara); Edgar Quiroga, profesor de Cinara, y Juan Pablo Gutiérrez, estudiante investigador, entre otros.

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Justamente esta es una iniciativa de Cinara, en la que viene insistiendo desde 2009, “pero solo esta administración nos escuchó. En EE. UU. nos presentaron experiencias como la de la ciudad de Sonoma, California, donde pasaron por todo el proceso nuestro: construyeron lagos, represas, reservorios y terminaron aplicando este sistema”, dice el profesor Sánchez.

“El río Cauca se ha vuelto importantísimo. Siempre lo ha sido, pero ahora ya se está reconociendo su potencial. Es la gran reserva hídrica de Cali, el Valle y todas las zonas del país por donde pasa”, asegura Sánchez. “Si llegamos a desarrollar esta infraestructura para el abastecimiento de agua por la técnica de la filtración en lecho de río, podemos liderar el proceso para otras regiones del país por donde pasan el río Cauca y el río Magdalena”, añade.

En la Planta de Tratamiento de Agua de Puerto Mallarino (PTAP), de Emcali, los expertos de Cinara, realizan una prueba piloto con una perforación estrecha, a 30 metros de profundidad y a 20 metros de la orilla del río Cauca. Allí, mediante estudios, los expertos de Cinara ya establecieron, por ejemplo, que la calidad del agua filtrada es óptima para tratamiento y consumo humano.

“Eso nos tiene muy optimistas, porque el máximo histórico de turbiedad del río Cauca en Cali, era 10.000 unidades, pero el día de la avalancha de Corinto, subió a 35.000 unidades, pero en el agua extraída en el pozo de la prueba piloto, ese mismo día, el nivel de turbiedad registró entre 40 y 60 unidades”, explica Burbano. “Esa fue nuestra prueba de fuego”, dice Sánchez.

Ahora los ingenieros buscan medir si en ese punto, hay un caudal suficiente que justifique la inversión para construir el pozo. Luego, habría que hacer el estudio de suelos para establecer las especificaciones de la obra, según la cual se calcularía el costo, estimado por ahora, en $20.000 millones.

También buscan saber la velocidad del agua cuando está fluyendo en sentido horizontal (por los tubos laterales) y en sentido vertical (en el pozo) y cuántos metros cúbicos por segundo se puede producir y cuánta agua se generaría por pozo, añade el profesor Quiroga.

Ventajas del modelo

El gerente de Emcali y los expertos, sostienen que el agua extraída mediante filtración en lecho de río, es 200 veces menos turbia que la que se capta en la superficie por la bocatoma. Por lo tanto, la inversión en insumos químicos para tratar el agua se reduce en un 50 %. Otra ventaja es que nunca se cerraría la captación ni el servicio de agua domiciliario, haya invierno con crecientes súbitas o no, el servicio se mantiene.

En cambio, hoy en día, la captación de agua en Puerto Mallarino se suspende entre 1 y 2 veces por semana, durante 4 o 5 horas. En ese lapso, el reservorio suple la demanda de agua de la población. “Lo grave es el día que el cierre de la bocatoma dure más de ocho horas, que es el tiempo para el cual tiene capacidad el reservorio”, plantea Jaramillo.

Más grave aún es si las tuberías se vacían, porque causa desprendimiento de sólidos que se han acumulado por años en los tubos, afectando la calidad del agua. Y cuando reciba la presión del agua al restablecer el servicio, como hay aire dentro, la tubería estalla y los costos de reparación son altísimos.

Para evitar estos daños, la forma de estabilizar la red es abrir los hidrantes durante 2 o 3 horas, proceso durante el cual se desperdicia mucha agua potabilizada. En ambos casos, son costos ocultos que tiene que asumir Emcali y que con el método de filtración de agua en lecho de río, no se presentarían.

La construcción y operación del proyecto es mucho más económico que los de construir represas y traer agua de otros ríos, que bajaría por gravedad, pero no tienen el caudal suficiente para las necesidades de la población de Cali.

Es mucho más rápido, porque si en seis meses se construye un pozo, los otros proyectos, como instalar un tubo desde Salvajina, pueden tomar años.

Y su carácter modular permite que se hagan pozos por separado en predios de la PTAP y después pueda desarrollar soluciones para Jamundí, Mulaló u otras regiones vecinas, e incluso, liderarlas en otras zonas del país.

Historia

El proyecto de Louisville, en Kentucky, Estados Unidos, ganó el Premio Nacional de Ingeniería de ese país en 2011.

200 pozos hay en ocho ciudades de los Estados Unidos, que llevan 30 años operando con este sistema y 40 empresas también lo aplican ya. Europa lo adoptó hace casi un siglo, siendo Alemania y Holanda los países líderes en esta tecnología. En India y Corea incursionaron también.

Menos costos al potabilizar

Una de las mayores ventajas de la técnica de FLR es que reduce los costos de tratamiento y de operación, porque disminuyen los pasos en el proceso de potabilización y por ende, los costos en químicos bajan a la mitad. Esto se podría reflejar en la tarifa al usuario. Por ejemplo, si se van a aplicar dos litros de cloro, solo se necesitaría aplicar uno.

Reduce el impacto ambiental porque hay menor producción de lodos.

Filtración de agua en lecho de río

Qué es:
Es una técnica de ingeniería mediante la cual se capta el agua del río que se filtra al subsuelo de sus orillas y se direcciona hacia un pozo, que al llenarse del líquido, este se envía a la planta de tratamiento por bombeo.

El pozo: excavación situada a unos 40 metros de la orilla del río, de 4 a 6 metros de diámetro y entre 30 y 40 metros de profundidad. A medida que los tubos laterales, conectados a su fondo, lo van alimentando con el agua ya filtrada, él se va llenando. Al llegar a la superficie, el líquido es extraído por una bomba de unos 350 caballos de fuerza, instalada sobre el boquete del pozo.

Agua ya filtrada: Al pasar por el subsuelo, esta agua es filtrada por gravas, arenas, arenillas, limos, arcillas, entre otras capas de suelos, en las cuales van quedando residuos, sedimentos, microorganismos, metales, minerales, sólidos, tóxicos y otros elementos contaminantes. A medida que avanza, se va decantando y depurando más.

Los laterales: son unos 7 u 8 tubos de unas 12 pulgadas de diámetro, conectados al fondo del pozo a unos 30 o 40 metros de profundidad. Son los que captan esa agua filtrada y la llevan en forma subterránea al gran pozo.