La próxima semana inician inspecciones en Cali, tras prohibición de su uso por el Invima.

La próxima semana comenzarán los controles a establecimientos que ofertan implantes de malla adelgazante en Cali, dispositivo médico utilizado para tratar la obesidad pero que fue prohibido para su uso a nivel nacional por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima.Así lo anunció el Secretario de Salud del Valle, Fernando Gutiérrez, al indicar que hasta el momento se han identificado ocho sitios en la ciudad (entre centros estéticos y clínicas odontológicas) en los que se ofrece el implante de dicha malla, que se sutura en la lengua del paciente con el fin de evitar la ingesta de alimentos sólidos.“Haremos dichas visitas para verificar que no se esté comercializando este procedimiento, que tiene carácter de ilegalidad, según lo dispuesto por el Invima. De acuerdo con lo que encontremos, se podrían imponer multas económicas, cierres temporales o definitivos a quienes distribuyan o comercialicen este tipo de tratamiento”, indicó el funcionario.De acuerdo con el Invima, el tratamiento tiene implicaciones negativas para los pacientes como dolor en la lengua, mal aliento (halitosis) y “hasta complicaciones severas que podrían ocasionar la muerte, como consecuencia de una mala alimentación o resultado de un proceso infeccioso”, según reza la circular de prohibición.La polémica de las mallasTras la prohibición de la comercialización y uso de la malla adelgazante (también conocida como sublingual), algunos especialistas que la practican en Cali aseguran que es un método seguro y que el elemento que se utiliza (malla de polipropileno) no tiene riesgo para la salud de quien la usa.“Lo más grave que podría pasar sería una sobreinfección, pero el riesgo de que eso ocurra es del 0,001 %. Hemos intervenido a más de mil pacientes y en todos tuvimos resultados positivos”, explicó Luis Fernando Ángel, médico especialista en malla adelgazante y miembro de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad (Iaso, por sus siglas en inglés).Agregó, además, que “las mallas que se utilizan para el procedimiento cuentan con el registro Invima. Sin embargo, sabemos que en la ciudad se distribuyen mallas con elementos como plástico, silicona o acero, sin ningún tipo de registro sanitario, lo que sí podría generar problemas a pacientes”.No obstante, Elkin Hernán Otálvaro, director de Dispositivos Médicos y Otras Tecnologías del Invima, explica que aunque las mallas tengan registro sanitario, el procedimiento no está permitido porque se les está dando un uso para el cual no han sido fabricadas. “En Colombia hay 23 registros sanitarios otorgados para el uso de mallas quirúrgicas en tratamiento para la debilidad de paredes abdominales, procedimientos genitales para la mujer, reconstrucciones faciales, neurocirugía o tratamiento de heridas abiertas. Hoy no hay ningún permiso para implantar mallas en la lengua como tratamiento adelgazante en el país, por eso está prohibido”, reiteró el señor Otálvaro. Fuentes consultadas por El País aseguraron que este tipo de procedimiento cuesta, en promedio, $1.500.000. Las personas están recurriendo a este método referenciadas por conocidos que ya lo probaron o a través de ofertas por internet. Sobre las implicaciones nutricionales que conlleva la malla adelgazante, la nutricionista - dietista del Hospital Universitario del Valle, Martha Cifuentes, comentó que “hoy en día hay un desespero en la gente por bajar de peso y no miden las consecuencias sobre los tratamientos a los que se someten. Lo mejor es consultar a un especialista en nutrición”. “El problema de las dietas es que fallan por la voluntad. Yo me sometí al procedimiento y pasé de pesar 140 kilos a un poco más de 100. No se aguanta hambre porque hay acompañamiento en la nutrición y el método sí o sí da resultado. Incluso me ayudó a minimizar mis problemas de colesterol”, dijo, a su turno, Luis Carlos Parra, usuario de la malla adelgazante.Sobre la alertaYa son dos alertas sanitarias las que ha emitido el Invima, frente a la prohibición de la comercialización, distribución y uso de la malla adelgazante o sublingual. La primera de ellas se dio en octubre del 2013, según el Director de Dispositivos Médicos y Otras Tecnologías del Invima.”Emitimos la segunda circular (febrero 6 de 2014) porque nos enteramos de publicidad engañosa sobre este método”, dijo Elkin Hernán Otálvaro. El nuevo llamado de atención se conoció esta semana.”Si alguien tiene esta malla puesta, su deber es denunciar ante la Secretaría de Salud del Municipio o Departamento el sitio donde la están colocando, porque se trata de un procedimiento no autorizado”, indicó.