Desde que las manifestaciones por el paro nacional en Cali empezaron a agravarse al punto de haber homicidios, heridos y escasez de productos de primera necesidad, la Arquidiócesis ha sido uno de los líderes en las mesas de diálogo entre manifestantes, autoridades locales y diferentes gremios de la ciudad.

El padre Dagoberto Cárdenas, vicario para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha estado al frente de este proceso. En diálogo con El País, compartió algunos detalles sobre cómo avanzan las concertaciones no solo en la capital vallecaucana, sino también en el resto de la región.

¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia durante las recientes movilizaciones sociales? ¿Cómo se ha ganado la confianza de los manifestantes?

El papel de la Iglesia ha sido acompañar a todos aquellos que en medio de la situación sufren a causa de las injusticias, que pueden darse por exceso de la fuerza pública o civil, pero que también se ven afectadas por las manifestaciones, como en la situación de escasez de alimentos o insumos médicos. Una frase que resume nuestra labor es: estamos con ambas partes, pero no somos parte de ellas y estamos para que se den la mano.

Y la confianza es algo que la Iglesia ha logrado establecer con los territorios aparte de cualquier cambio de poderes en Cali. Es por eso que se han creado el Observatorio de Realidades Sociales, la Vicaría para la Reconciliación y la Paz y la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral, que nos permite llegar en tiempo real con los más necesitados.

¿Qué casos que haya abordado lo han impresionado con más fuerza?

Si le digo, mi mamá se angustia (ríe)... Hay tres momentos: el primero, ocurrido el lunes, cuando me trasladé a Paso del Comercio para atender los hechos en los que murió Nicolás Guerrero, y sentir una angustia muy difícil no haber tenido cercanía con esa realidad social. El segundo momento fue cuando hice un recorrido por diferentes bloqueos de la ciudad una noche entre las 7:00 p.m. y la 1:00 de la madrugada para descubrir que la ciudad estaba en paz en ese momento y tercero, con el tiroteo ocurrido anteayer en el oeste, pues tuve miedo de que se perdiera lo ganado hasta ahora.

¿Qué tan avanzado se encuentran los diálogos para un corredor humanitario ya no a nivel Cali, sino Valle?

La ruta de la salud para el transporte de heridos e insumos médicos es la que más se ha consolidado en todo el departamento. En el tema de alimentos, ya se habilitó el paso en la vía Juanchito para beneficiar a Cali y Candelaria, pero también a Florida y Pradera; buscamos avanzar en este punto para llegar a un acuerdo en Buga. Respecto al combustible, ya se permitió el paso del corredor Mulaló-Yumbo-Cali y se trabaja para conectar el aeropuerto conPalmira y luego continuar hacia el norte del Valle. Y sobre salubridad, ya se permite la salida de la basura desde Cali hasta el relleno sanitario de Yotoco.

En un comunicado de los organizadores del paro se reconocía que no hay una conducción unificada del paro en Cali y el Valle del Cauca. ¿Qué dificultades trae esto para la ciudad y la región?

Ese pliego que se ha presentado el día de hoy (ayer) es un primer acercamiento a las peticiones de quienes manifiestan, que seguramente será unificado para presentar el esquema final. El pliego no puede verse solo como un contexto de reforma, no solo como un a insatisfacción a nivel político, sino todo el estallido social que trae consigo. Las peticiones principales son la garantía en torno al derecho a la manifestación, la reforma a la salud, el empleo juvenil y la desmilitarización.

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