Por Santiago Cruz Hoyos, editor de crónicas y reportajes

La historia la cuenta el médico y toxicólogo Jorge Quiñones: el tusi es una droga preparada de múltiples maneras, pero una de las recetas más apetecidas fue descubierta en Cali por un químico farmaceuta.

— A él lo torturaron y lo asesinaron para quitarle esa fórmula. Hubo una masacre en el sur de la ciudad con ese objetivo. Después, los delincuentes que lo hicieron empezaron a producir tusi a gran escala.

El tusi es un ‘cóctel’ compuesto de diferentes sustancias. En las variaciones más recientes de la ‘receta’ incluye éxtasis, una droga sintética que actúa como estimulante y alucinógeno, ketamina, un anestésico que en dosis altas puede generar alucinaciones (también es un tranquilizante de uso veterinario) y cafeína.

Sin embargo, advierte el doctor Quiñones, aquello no es tusi original, por lo menos no el que surgió en los años 70 como un análogo de las anfetaminas, un polvo blanco (ahora es rosado), que comenzó a ser buscado por los consumidores de la élite en el mundo.

Entre $50.000 y $150.000 cuesta una dosis de tusi. El precio depende de la receta de cada fabricante. Se comercializa de manera virtual o en fiestas privadas y electrónicas. | Foto: Foto 123f - El País

— La molécula original del Tusi se extrae en laboratorios y genera, al principio, efectos muy placenteros, euforia, una sensación de felicidad (aunque el bajonazo es igual de fuerte). Por ser un producto muy refinado, es muy caro. Una dosis de tusi puro puede costar un millón de pesos, es decir que el verdadero tusi lo consumen personas de gran capacidad económica. Pero pasa como con los relojes caros o el whisky: vinieron copias y copias con sustancias que generan efectos similares como el éxtasis, pero que no son tusi. Sin embargo, lo venden como tal. De esta manera ya la dosis no vale un millón de pesos, sino $50 mil. Pero repito, no es tusi puro, y eso lo hace aún más peligroso para la salud. Sucede igual que con el bazuco, la droga más barata que existe: es un residual de la cocaína.

Gabi Rojas Peláez es antropóloga. Trabaja en la Secretaría de Bienestar Social de Cali. Ella se ha dedicado a investigar qué drogas se consumen en la ciudad, y por qué. En el caso de los habitantes de calle, el bazuco sigue siendo la más consumida. Una papeleta con dos o tres dosis cuesta $500. El habitante de calle es sobre todo alguien empobrecido. Solo el 13% terminó el bachillerato, luego acceden a las drogas más baratas.

– El bazuco te lleva al costal. Te lleva a la calle – dice Gabi.

Es una de las drogas más peligrosas porque jamás sacia al consumidor, jamás lo hastía. A diferencia de quien consume licor, por ejemplo, o marihuana, que en algún punto ya no podrá recibir un trago más por la borrachera, o un cigarrillo más, con el bazuco en cambio alguien podría consumir cuatro millones de pesos en una noche sin sentir que ya fue suficiente.

— Eso lleva a un desgaste económico muy rápido que implica una ruptura familiar porque al final la persona roba en su propia casa. Se pierden redes de apoyo, los amigos, porque además el bazuco es muy adictivo y encima muy barato, de fácil acceso. Por eso lleva a tanta gente a la calle. En el caso del tusi, preocupa lo que sucede en Cali: a la receta le agregan heroína para que sea más adictiva. También le combinan sedantes y estimulantes, y los jóvenes lo consumen en medio de la rumba con otro riesgo. Si se mezcla con alcohol, puede producir la muerte. El tusi es una bomba química – continúa Gabi.

Un investigador del área de estupefacientes de la Sijin confirma que el tusi está en auge entre la juventud de estratos económicos altos en Cali. Un sobre de ese polvo lo venden entre $50 mil y $80 mil. El valor cambia dependiendo de la receta, y el lugar donde se comercialice. En las rumbas privadas es más costoso. Aunque la manera más común de distribuir tusi es a través de las ventas virtuales. Se solicita por Internet y llega a domicilio. Una de las líneas investigativas de las autoridades consiste en identificar las IP de los computadores donde se hacen los anuncios para desarticular a las bandas dedicadas al tráfico de esta droga.

En marzo cayó una que ofrecía tusi a las afueras de los colegios ubicados en el norte de la ciudad. Era conocida como ‘Los de Jhoan 2CB’. Vendían alrededor de 50 mil dosis a la semana.

Al tusi también lo llaman la ‘cocaína rosada’, por el colorante que le aplican. Sin embargo es una droga sintética que está siendo consumida por jóvenes caleños de estratos económicos altos en fiestas electrónicas o privadas. Combinarla con alcohol puede ser mortal. | Foto: Foto 123f - El País

— Esta droga representa un reto para nosotros. Primero porque elaborarla es fácil. La preparan en cualquier casa, solo se necesitan los ingredientes y tener una estufa o un horno microondas. Por su presentación pasa inadvertida. A simple vista el tusi parece un dulce de esos ácidos que se venden en forma de polvo. Quienes lo consumen nos han comentado que los efectos son más satisfactorios, y duraderos, que los de la cocaína – dice el investigador de la Sijin, quien pidió la reserva de su identidad.

Fabio Cardozo, Secretario de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, lo advirtió: es tan alto el consumo de tusi, que incluso esa es parte de la respuesta al por qué bajó en picada el precio de la cocaína. Parte de la hipótesis es que hay una gran oferta de coca, pero cada vez menos demanda por parte de los consumidores, que ahora prefieren las drogas sintéticas.

— El aumento exponencial del consumo de drogas como el tusi es un elemento novedoso que tiene preocupadas a las autoridades internacionales. Para quienes la comercializan resulta una droga mucho más cómoda porque no tienen que vincularse con los ejércitos delincuenciales del narcotráfico en la zona rural, lo que sí sucede con la coca. El tusi no tiene que pasar ningún control en carreteras porque lo preparan en cualquier parte. Se rumora que carteles mexicanos estarían haciendo acuerdos con mafias colombianas para anegar el mercado de tusi. Pero ya en Cali y en el resto del país hay un alto consumo de este ‘cóctel’, que genera adicción y puede ser letal – comenta Cardozo.

A algunas recetas de tusi les mezclan medicamentos psiquiátricos y analgésicos adictivos, lo que ha causado miles de muertes en países como Estados Unidos. Entre 2013 y 2020, 28.541 personas murieron en Colombia por causas asociadas al consumo de drogas, según un estudio del Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Medicina Legal.

Al Secretario de Paz y Cultura Ciudadana de Cali le inquieta un asunto. El combustible del conflicto armado en Colombia ha sido la droga, plantea. Con el auge de la coca, los grupos armados ilegales se dedicaron a comercializarla. Ahora, con la baja del precio, esa fuente de recursos empieza a limitarse, lo que genera el riesgo de que los grupos delincuenciales ‘diversifiquen’ sus delitos para recuperar los ingresos, lo que puede llevar a que Colombia retorne a los días en los que el secuestro era noticia diaria.

— Ya se está viendo un aumento evidente del delito de la extorsión a ganaderos, por ejemplo. Sobre todo desde Palmira hasta el norte del departamento del Valle. Hay un déficit importante en las finanzas de la criminalidad a causa del bajo precio de la coca, por lo que el aumento de otros delitos puede ser respuesta a ese contexto. Las autoridades deben estar alertas – dice Fabio Cardozo.

En Cali, según el más reciente informe del Observatorio de Seguridad, la extorsión creció un 76% en 2023 frente a 2022 (127 casos). El secuestro aumentó un 100%: van seis este año.