Desde el 31 de marzo se suspendieron los trabajos. Se abrirá nueva licitación para culminar la obra.

A medias. Así quedó el sendero ecológico de dos mil metros de longitud que bordea el río Lili, en las carreras 102 y 103 entre las calles 13 y 16, que desde hace dos meses se encuentra abandonado.La obra hace parte del proyecto del ‘Corredor ambiental para el fomento de la educación y la Comuna 22’, que contempla la recuperación hidráulica del humedal Los Cisnes, la protección de orillas del humedal La Babilla, la ampliación de una acequia que atraviesa el Zanjón del Burro, la construcción de once ‘Box Coulvert’ (pasos de agua bajo la vía) y la reconstrucción de la cubierta del Ecoparque Las Garzas.El contrato, que tiene un valor de $964 millones, fue adjudicado al Consorcio Box Coulvert y tenía que haberse ejecutado en seis meses, pero conforme lo indicado por el interventor del contrato, Andrés Zambrano, se empezó en junio del 2013 y se llegó hasta el 31 de marzo de este año. “Como eran varios frentes de trabajo, al contratista se le dijo que aumentara la mano de obra, para que avanzara a una mayor velocidad y pudiera cumplir con los plazos establecidos. Él no atendió las sugerencias de la interventoría y pidió una nueva prórroga. El Dagma le dijo que no era posible porque había incumplido el plazo de ejecución de las obras y dio por terminado el contrato”, aseguró Zambrano.Para Diego Barreto, presidente de la JAC de Ciudad Jardín, “es muy triste y frustrante ver que estas obras, que las estábamos esperando desde hace tres años, quedaron inconclusas y no se sabe cuándo se terminen”.El panorama del sector parece haber empeorado, según dicen los residentes de la zona, pues argumentan que desde el descuido de las obras proliferan las ratas y desaparecieron algunas especies.“Aquí nunca se habían visto ratas, pero los escombros que quedaron son un hábitat ideal para que vivan en esta zona y se metan a las casas”, aseguró Aura Libreros, quien vive en este sector desde hace veinte años.Ella considera innecesario el sendero, porque “nosotros teníamos una huella que, aunque era más reducida, estaba terminada y la gente podía salir a caminar y ejercitarse sin problemas. Ahora ni siquiera se puede caminar por ahí, porque los escombros estorban y el pasto ha crecido sin control”, comentó. Uno de los vigilantes comunitarios del barrio dijo que “con esto, lo único que hicieron fue dañar los árboles y los andenes. Además, aquí se veían muchas iguanas y guatines, pero desde esos trabajos ya no”. Añadió que el contratista quedó debiéndoles $600.000 a los dos ronderos que le cuidaban los materiales y la maquinaria.En algunos tramos, la huella del andén se dañó, imposibilitando el paso de las personas por esa zona. El sendero debía contar con tabletas de adoquín, rellenos en roca muerta y filtros que evitaran inundaciones. De estos requerimientos, quedaron faltando una parte de los rellenos y la totalidad de los filtros, además de la cama en base de arena para colocar la baldosa y la totalidad de la losa. “La obra quedó en un 50 %”, sentenció Zambrano. Por su parte, la directora del Dagma, Martha Landazábal, aseguró que “al contratista no se le pagó un peso, porque era un pago contra entrega de la obra. Estamos aplicando las pólizas que obligan al contratista a pagar una multa”. La funcionaria dijo que “no vamos a dejar tirado el proyecto. Los recursos están y una vez terminado el proceso del cobro de la póliza de cumplimiento, abriremos un proceso de contratación para terminar la obra”.El País intentó comunicarse con los representantes del Consorcio Box Coulvert, pero no fue posible establecer comunicación.Sobre el senderoPara la construcción del sendero era necesario:Excavar una capa de 2 metros de ancho por de 30 centímetros de profundidad, para extraer el suelo con material orgánico.Realizar cortes y retiros de raíces que oscilaban entre los 10 y los 25 centímetros de diámetro. Este trabajo debía coordinarse con el interventor y el Grupo de Mantenimiento de Arborización y Zonas Verdes del Dagma.Instalar un cordón de cemento, que sirviera para confinar el sendero.Alojar una base en roca muerta compactada.Adecuar filtros que evitaran posibles inundaciones.Poner la cama de arena y proceder a la instalación de las losas de adoquín.De estos trabajos solo se realizó la mitad. Falta instalar los filtros, la cama de arena y las losas.Cifras2000 metros de longitud debe tener el sendero. $964 millones cuesta hacer el ‘corredor ambiental de la Comuna 22’. 50 % fue el avance de la obra, en nueve meses de trabajo.