Alrededor de 151.000 personas procedentes de Venezuela tienen vocación de permanencia en Cali. Muchos comenzaron a ver el distrito como un lugar para desarrollar sus proyectos de vida; otros, como la oportunidad para emprender un nuevo negocio.Estas perspectivas demandaron normas y decretos que el Estado colombiano impulsó como parte de los compromisos adquiridos en los Organismos de Protección Internacional de los Derechos Humanos.

Este contexto motivó a que las personas migrantes comenzaran a organizarse hace más de seis años para dar respuesta en red a las necesidades de una población que miró el desafío como una oportunidad para surgir en medio de la adversidad.

El Permiso por Protección Temporal (PPT), documento de identificación para personas procedentes de Venezuela, implementado a partir del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), garantizó que estas personas puedan acceder a una variedad servicios y oportunidades que les permite hacer parte fundamental de las comunidades como individuos propios de derecho.

Los organismos de cooperación internacional, como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), a través de los programas promovidos por el Proyecto Integra, garantiza la participación de estas redes de organizaciones de apoyo a las personas migrantes en pro de su propia integración socioeconómica y cultural en el territorio colombiano.

‘Horizontes Compartidos’ y la ‘Red de Migrantes del Valle del Cauca’ (Red Migra Valle) agrupan 14 y 23 organizaciones, respectivamente, y en su eje de acción destacan la construcción de políticas públicas y jornadas de servicios y participación ciudadana en múltiples ámbitos, como la regularización migratoria, la educación, la salud, entre otros.

Para Adriana Perafán, quien pertenece a la Red Horizontes Compartidos y representa legalmente la Fundación Siembra con Amor (Funsiamor) en Cali, mencionó el fortalecimiento que las organizaciones recibieron por parte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para transformarlos en agentes de cambio e incidencia política para la construcción de políticas públicas.

“Comenzamos a fortalecernos en 2019. Al principio las empresas no confiaban en nosotros (los venezolanos y colombianos retornados) pero paso a paso hemos ido organizándonos gracias al apoyo de los organismos de cooperación para mostrar nuestro talento y todo lo que podemos aportar a estas tierras con esfuerzo, dedicación y empeño”, aseguró.

Perafán explicó que los escenarios cambiaron desde 2018. Precisó que ahora hay organizaciones que no solo apoyan a la población migrante, sino que las personas procedentes de Venezuela son quienes juegan un papel importante en la toma de decisiones bajo el asesoramiento de entidades públicas y privadas para garantizar salud, educación y oportunidades de empleabilidad y emprendimiento.

Por su parte, Jennifer Acevedo, empresaria de la salsamentaria ‘Querer es Poder’, que hace parte de la ‘Red Migra Valle’, enfatizó cómo la Cámara de Comercio de Cali apoya la integración de las personas migrantes, a partir del fortalecimiento de las habilidades y capacidades de empresarios y emprendedores. “Tengo el gusto de decir que soy la primera mujer migrante que hace parte del equipo de mentores de la Cámara de Comercio y formamos en la promoción e implementación de programas de apoyo el ahorro y organización financiera”,dijo.

Acevedo aseguró que los territorios de acogida garantizan la participación de las personas migrantes, conocidos ahora como activistas y líderes sociales, que apoyan en la coordinación y ejecución de actividades socioculturales, deportivas, entre otras, que benefician a las comunidades sin distinciones.

Ambas representantes coincidieron en destacar la labor de la estrategia de los Centros Intégrate de la mano de las Alcaldías en convertirse en espacios donde las personas migrantes pueden acudir y acceder a una variedad de servicios de manera gratuita en un mismo lugar, y a su vez funcionar como un primer lugar de encuentro para el redireccionamiento que garantice su inclusión de una manera adecuada y efectiva.

La construcción de un tejido social robusto no solo provee apoyo y recursos a las personas migrantes, sino que también fomenta la inclusión, el respeto y la diversidad hacia una sociedad intercultural. En la medida en que se fortalecen los lazos comunitarios y se promueve el entendimiento mutuo, no solo se protegen los derechos básicos de quienes migran, sino que la población caleña también se enriquece a partir de nuevas perspectivas y experiencias.