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Jonathan Pérez, lateral del América de Cali. | Foto: Giancarlo Manzano / El País

FUTBOL COLOMBIANO

Si los laterales del América de Cali supieran centrar... (Opinión)

A ‘Pecoso’ Castro le espera un arduo trabajo con Jhonatan Pérez.

3 de marzo de 2019 Por: César Polanía - Editor de Afición

Si Fernando Aristeguieta tuviera laterales que le centraran mejor la pelota, seguramente su cuenta en la tabla de goleadores sería superior. Esa hipótesis es solo un pretexto para evidenciar una de las principales falencias que tiene el América. En el fútbol moderno los laterales tienen doble función, a diferencia de lo que ocurría otrora, cuando a los marcadores de punta, llamados así inicialmente, se les pedía solo eso, que marcaran. Pero hoy, los laterales están obligados, salvo contadas circunstancias del juego, a sumarse al ataque, abrir la cancha, desbordar, llegar al fondo y levantar centros que sean bien aprovechados por los delanteros o los volantes ofensivos. Si en tu equipo tienes dos laterales que no saben centrar, su función la cumplen a medias; eso, contando con que marquen bien. Pero no sucede ni lo uno ni lo otro en el América.

Reiteradas veces le hemos escuchado al ‘Pecoso’ Castro afirmar que sus dos laterales deben ser dos delanteros más, y con mayor razón si el equipo es local, como lo fue este jueves en el Pascual frente a Santa Fe.

Bienvenida la iniciativa del técnico rojo, pero, para ello, ‘Pecoso’, usted necesita los hombres que sepan hacerlo. Hoy, quienes deben cumplir esa función, son Jhonatan Pérez y el juvenil Andrés Álvarez, quien ha sido titular por cuenta de la lesión de Cristian Flórez, que llegara como refuerzo esta temporada, pero tampoco, en los partidos realizados, ha colmado las expectativas.

Álvarez está en un proceso de crecimiento futbolístico y su titularidad ha sido obligada. El muchacho ha dejado buenas impresiones en el ataque, pero le falta muchísimo, obviamente, y no sería justo descargarle toda la responsabilidad. Pero ese no es el caso de Pérez. El jugador guajiro carece de fundamentación técnica, tiene iniciativa para sumarse al ataque, pero no finaliza satisfactoriamente las acciones, porque no centra bien las pelotas y echa al traste varias jugadas de fútbol aéreo, estrategia en la que América ha basado gran parte de su fútbol esta temporada. ‘Pecoso’ fue lateral, o marcapunta, en su época, y conoce mejor que nadie en el América esa posición. Por ello, debe ser consciente de las debilidades de Pérez. De los rotos que deja para los rivales en defensa por falta de intuición en el anticipo. De su inferioridad con respecto a los delanteros contrarios en los balones aéreos cruzados. Y de sus escasas condiciones técnicas para poner un balón, en ataque, en la cabeza de un compañero, como Aristeguieta, el más letal de los delanteros rojos. Y no es exagerado pensar que le costará a Pérez alcanzar esa fundamentación técnica, pues ya tiene 30 años.

‘Pecoso’ insiste cada fecha con Pérez, a pesar de su nivel, y lo está exponiendo al fastidio de la grada, porque ya los hinchas piden un relevo a gritos en esa posición —cuidado con la violencia, que no pase de un comentario crítico— y se preguntan si es que no hay otra opción. ¿Qué pasa con Cristian Hinestroza? ¿O habrá algún juvenil que al menos sepa centrar la pelota? Y por la izquierda, ¿qué sucede con Héctor Quiñónez? Él dice que ya está listo para jugar. ¿Y será que Flórez levanta su nivel?

Por América han pasado laterales que han cumplido bien esa tarea de sumar en el ataque con centros precisos, inclusive desde la época del médico Ochoa con ‘Pitillo’ Valencia, Gabriel Chaparro y Jorge Porras, para citar algunos. O más recientemente con Jersson González y Juan Camilo Angulo, con tan buena pegada, que inclusive fueron primera opción para el cobro de tiros libres. Y marcaron goles. Golazos.

Pero lo que hoy vemos, ‘Pecoso’, es muy deficiente. Hay mucho trabajo por hacer con los laterales, sobre todo, insisto, si el juego aéreo es una de las estrategias de los rojos. Basta ver a Aristeguieta lamentándose por el desaprovechamiento de algunas jugadas de ataque. A veces, el venezolano, con un sacrificio incomparable, se sale del área, abre la cancha, toca la pelota y corre al punto penal y sus inmediaciones para esperar centros que pasan de largo o a kilómetros de su ubicación. En el fútbol, eso puede ser un accidente, pero no una constante.

@cjpolania

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