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El teletrabajo se ha vuelto clave en plena pandemia, pero se deben respetar los límites. | Foto: Pixabay / Especial para el País

Las lecciones que la pandemia nos ha dejado sobre el empleo en Cali

El impacto de la transformación digital a la que muchas empresas se vieron obligadas, es evidente. Y la región debe construir sobre esa realidad. Pero las cifras de desempleo tardarán en mejorar.

27 de septiembre de 2020 Por:  Jhon James Mora, PhD y coordinador del ORMET en el Valle

Durante el mes de julio de 2020 se presentó una reducción de casi nueve horas a la semana en el número de horas que se trabajó.

Normalmente se trabajan 43,8 horas en promedio y en ese mes se trabajaron 34 horas y, la principal razón en la reducción en el número de horas según los trabajadores fue la pandemia del COVID-19 (91.73%) de acuerdo con la GEIH para el Valle del Cauca.

¿Qué lecciones nos está dejando la pandemia con respecto a las jornadas de trabajo y los trabajos en general en el Valle del Cauca?
La primera gran lección con respecto al mercado de trabajo regional fue la necesidad de adaptarnos a los cambios tecnológicos a todo nivel.

Gran parte de los trabajadores, como efecto de la cuarentena, debieron aprender a trabajar en entornos virtuales, aplicaciones en línea, programas para reuniones y aprender una gran variedad de jerga tecnológica que antes estaba reservada a otros espacios y ocupaciones.

Es así como las ocupaciones que a julio más estaban demandando las empresas en el Valle, de acuerdo con los datos del Servicio Público de Empleo, fueron las de técnicos y profesionales del medio (21.9%) seguido de profesionales, científicos e intelectuales (20.4%) todas estas apalancadas no solo en el uso de herramientas tecnológicas sino también en los nuevos requisitos de protocolos de higiene y seguridad, perfiles socio sanitarios, logística, y la atención en línea, entre otros.

La segunda gran lección consiste en los efectos que la pandemia ha impuesto sobre la transformación digital en las empresas, lo cual ha acelerado la posibilidad de realizar teletrabajo y trabajo en casa flexibilizando horarios, requisitos de trabajo e incrementando el número de horas de reuniones virtuales.

La tercera gran lección consiste en la necesidad de tener una política pública de salud mental laboral. El 29.4% de los trabajadores del Valle manifestaron que se siente solos, estresados, preocupados o deprimidos en julio mientras que en mayo el porcentaje era del 24.8%.

La cuarta gran lección, consiste en que el shock del COVID-19 afectó de manera diferente al empleo y al desempleo.

En el caso del desempleo la recuperación tardará más ya que una vez se cae en situación de desempleo la probabilidad de conseguir empleo cae a medida que se dura más periodos en situación de desempleo.  De esta forma, el efecto negativo del COVID sobre el desempleo puede durar más de año y medio.

En el caso del empleo, recuperar los niveles del 2019 puede demorar alrededor de un año. De allí, la importancia de conservar y proteger los empleos que se generen.

Posterior a la cuarentena obligatoria, el desmonte de las restricciones ha venido mostrando una lenta recuperación: en mayo, el empleo creció 6.83%; en junio,  9.63% y en julio,  0.96%.

De esta forma, el total de ocupados en el mes de julio de 2020 fue de 990.397 personas (1.307,001 en julio de 2019) y de 952.584 para el trimestre mayo-julio de 2020.

La recuperación del empleo en Cali, no solo es importante para nuestra ciudad. La crisis en el empleo de Cali afecta a ciudades cercanas como Palmira, Jamundí, Candelaria, Florida, entre otras, debido que entre Cali y las ciudades aledañas existe un sin número de personas que trabajan en Cali y que viven en un municipio cercano (conmutación laboral).

Esto muestra la importancia de considerar un mercado laboral regional (Cali Área Metropolitana genero el 54,04% del total de empleo del Valle del Cauca durante el 2019) y no un mercado laboral administrativo.

¿Cuál debe ser el camino?

Las estrategias de reactivación del empleo deben estar orientadas a la generación de empleos de calidad, reducir las inequidades y brindar apoyo a grupos vulnerables como jóvenes, mujeres y afrodescendientes que han sido los más afectados por la crisis de la pandemia.

Si bien los planes de reactivación deben considerar la orientación productiva de la región, es importante tener en cuenta la alta tasa de informalidad laboral de Cali (superior al 50%) a la hora de focalizar las ayudas.

También es preciso considerar planes especiales para los sectores relacionados con el alojamiento, servicios de comida, actividades artísticas, entretenimiento y recreación, que generaron 257.000 empleos en el trimestre de enero a marzo de 2020 (21,4 % del total del empleo de la ciudad) y que están relacionados con la economía de la cultura, cuya contribución es innegable en la ciudad.

Finalmente, es importante tener en cuenta que los planes que buscan impactar el empleo en el corto plazo, como es el caso de la construcción, crean puestos de trabajo que no registran los mayores índices de calidad de empleo.

Por lo tanto, en el mediano plazo, se deben buscar estrategias para generar empleos de calidad, reducir las inequidades, estimular la demanda local y crear una ruta clara de empleo, así como un seguimiento mensual de la efectividad de estos programas para contener la caída en el empleo.

Para terminar, en el largo plazo se debe preservar el capital humano tanto local como regional. Nuestra ciudad, no puede abandonar las instituciones que están creando y consolidando su capital humano con una altísima calidad.

Esta es una apuesta a futuro y, si no queremos perder el rumbo de nuestra ciudad y del Valle del Cauca, se deben buscar ayudas financieras para que las instituciones educativas (a nivel técnico, tecnológico y universitario) de la región no solo sigan funcionando y formando el capital humano que la región necesita, sino que además contribuyan al salto digital al que la pandemia nos ha obligado.

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