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Una gran noticia

El documento es ante todo la manera de dejar atrás las dificultades que dejaron los incumplimientos, los malos arreglos entre las partes y las amenazas de demandas que sembraron de incertidumbre lo que debe ser la solución del transporte público para una ciudad con más de dos millones de habitantes y un millón de personas que llegan a diario del resto del Departamento.

23 de diciembre de 2014 Por:

El documento es ante todo la manera de dejar atrás las dificultades que dejaron los incumplimientos, los malos arreglos entre las partes y las amenazas de demandas que sembraron de incertidumbre lo que debe ser la solución del transporte público para una ciudad con más de dos millones de habitantes y un millón de personas que llegan a diario del resto del Departamento.

El acuerdo que ayer firmaron La Alcaldía de Cali, Metrocali y los operadores del sistema de transporte Masivo son el espaldarazo que necesitaba el MÍO para salir adelante. Es la buena noticia que puede servir de catapulta para resolver los problemas de movilidad que afectan a los usuarios y a quienes se han apartado del sistema, ante las limitaciones para atender la demanda.El documento es ante todo la manera de dejar atrás las dificultades que dejaron los incumplimientos, los malos arreglos entre las partes y las amenazas de demandas que sembraron de incertidumbre lo que debe ser la solución del transporte público para una ciudad con más de dos millones de habitantes y un millón de personas que llegan a diario del resto del Departamento. Y debe lograr que al fin sea completada la flota de 900 buses rodando, la mejor manera de empezar a cubrir a los usuarios insatisfechos.Además de concesiones como la ampliación del periodo para renovar la flota y de terminar la infraestructura en menos de tres años, el Municipio y Metrocali deberán aportar una suma superior a los $40.000 millones para, entre otras cosas terminar el retiro de los buses tradicionales y la competencia ilegal. Lo cual implicará a cambio el compromiso de cumplimiento de los operadores en ampliar las rutas y mejorar el servicio que reciben los usuarios, descontentos e incómodos. No es un secreto que esas dificultades y el no cubrimiento de la demanda están detrás del crecimiento del transporte ilegal que desborda la capacidad de las autoridades. Y ha generado un caos que terminaron en disturbios y enfrentamientos. Por paradójico que parezca, el MÍO, llamado a ser la solución más avanzada, se estaba convirtiendo en motivo de intranquilidad. Y lo que fue aguardado con gran esperanza y respaldo llegó al rechazo y a la impaciencia. Fue la consecuencia de errores y dificultades presentadas a lo largo de quince años. Pero también, de la afortunada decisión de mantener al MÍO como la única solución, y de encontrarle las alternativas conjuntas que se requerían para hallar la salida. Que está planteada en el acuerdo de ayer, y demanda el compromiso de aplicarlas casi de manera obsesiva. Es el deber de sacar a Cali del atraso, de comprometer al Estado en la financiación de un sistema que está transformando la ciudad a pesar de las dificultades y de satisfacer a quienes le dan vida y terminarán por defenderlo si complace sus requerimientos. Por supuesto, el acuerdo es un documento público que debe estar disponible para todo el mundo. Y se deben producir preguntas sobre la decisión del Estado de entregar dineros públicos para financiar una actividad que deberá generar utilidades para sus concesionarios. Eso no es extraño ni se ha inventado en Cali: Es la decisión de limpiar la ciudad de la polución y el caos, producidos por un sistema de transporte anárquico, donde lo que menos importaba eran los usuarios y la ciudad. El arreglo de ayer es una de las grandes noticias para Cali. En las manos de sus firmantes está el compromiso de hacer del MÍO la realidad que los caleños estamos esperando.

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